miércoles, 14 de octubre de 2009
Poema Los Pelegrinitos de Federico García Lorca
Hacia Roma caminan
dos pelegrinos,
a que los case el Papa,
mamita,
porque son primos,
niña bonita,
porque son primos,
niña.
Sombrerito de hule
lleva el mozuelo,
y la peregrinita,
mamita,
de terciopelo,
niña bonita,
de terciopelo,
niña.
Al pasar por el puente
de la Victoria,
tropezó la madrina,
mamita,
cayó la novia,
niña bonita,
cayó la novia,
niña.
Han llegado a Palacio,
suben arriba,
y en la sala del Papa
mamita,
los desaniman,
niña bonita,
los desaniman,
niña.
Les ha preguntado el Papa
cómo se llaman.
El le dice que Pedro
mamita,
y ella que Ana,
niña bonita,
y ella que Ana,
niña.
Le ha preguntado el Papa
que qué edad tienen.
Ella dice que quince,
mamita,
y él diecisiete,
niña bonita,
y él diecisiete,
niña.
Le ha preguntado el Papa
de dónde eran.
Ella dice de Cabra,
mamita,
y él de Antequera,
niña bonita,
y él de Antequera,
niña.
Le ha preguntado el Papa
que si han pecado.
El le dice que un beso,
mamita,
que le había dado,
niña bonita,
que le había dado,
niña.
Y la peregrinita,
que es vergonzosa,
se le ha puesto la cara,
mamita,
como una rosa,
niña bonita,
como una rosa,
niña.
Y ha respondido el Papa
desde su cuarto:
¡Quién fuera pelegrino,
mamita,
para otro tanto,
niña bonita,
para otro tanto,
niña!
Las campanas de Roma
ya repicaron
porque los pelegrinos,
mamita,
ya se casaron,
niña bonita,
ya se casaron,
niña.
martes, 13 de octubre de 2009
No sólo de pan vive el hombre
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, tienen la misma cara; que hay inteligencias magníficas y que hay inteligencias pobrísimas, como hay caras feas y caras bellas, pero cada uno sacará del libro lo que pueda, que siempre le será provechoso, y para algunos, absolutamente salvador. Esta biblioteca tiene que cumplir un fin social, porque si se cuida y se alienta el número de lectores, y poco a poco se va enriqueciendo con obras, dentro de unos años ya se notará en el pueblo, y esto no lo dudéis, un mayor nivel de cultura. Y si esta generación que hoy me oye no aprovecha por falta de preparación todo lo que puedan dar los libros, ya lo aprovecharán vuestros hijos. Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.
F G L
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, tienen la misma cara; que hay inteligencias magníficas y que hay inteligencias pobrísimas, como hay caras feas y caras bellas, pero cada uno sacará del libro lo que pueda, que siempre le será provechoso, y para algunos, absolutamente salvador. Esta biblioteca tiene que cumplir un fin social, porque si se cuida y se alienta el número de lectores, y poco a poco se va enriqueciendo con obras, dentro de unos años ya se notará en el pueblo, y esto no lo dudéis, un mayor nivel de cultura. Y si esta generación que hoy me oye no aprovecha por falta de preparación todo lo que puedan dar los libros, ya lo aprovecharán vuestros hijos. Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.
F G L
¿Quién oculta a Lorca?
A punto de abrirse la fosa donde se cree que yace el poeta, los arqueólogos firman un contrato de silencio. ¿Qué quieren esconder los que se oponen desde hace 13 años a esta exhumación?
NATALIA JUNQUERA 11/10/2009
"Yo lo enterré".
-¿Dónde está exactamente? ¿Lo recuerda?
-¿Cómo me podría olvidar de una cosa así? Está cerca de la fuente, en el camino que lleva a Víznar, a la izquierda. Es un olivar pequeño, al lado de un barranquillo, cerca de un olivo, a tan sólo diez metros de la carretera. Allí está, casi debajo del olivo.
El diálogo tiene lugar en Granada en 1955 entre Manuel Castilla, Manolo el Comunista, el hombre que enterró a Federico García Lorca la madrugada del 18 de agosto de 1936, y Agustín Penón, el hijo de una pareja de exiliados españoles que ha llegado desde EE UU para investigar la muerte del poeta español más famoso en el mundo. El primero -el enterrador de Lorca- llevó 10 años después al hispanista Ian Gibson al mismo lugar. El segundo regresó en 1956 a Nueva York sin un céntimo y con una maleta con la más completa investigación sobre la muerte del poeta, incluida una entrevista con el hombre que había ido a detenerle y que 15 años después del asesinato conservaba en su estantería un volumen de las obras completas de Lorca. Pero Penón nunca se atreverá a escribir la historia.
Ahora, 73 años después del asesinato del poeta, y casi 54 desde aquel diálogo entre enterrador e investigador, un equipo de arqueólogos se prepara para abrir la tierra en ese mismo lugar y comprobar si a Manolo el Comunista no le falló aquel día la memoria y si, como le confesó a Penón, Lorca no había muerto solo. Le acompañaban "el maestro cojo de Pulianas", Dióscoro Galindo, y dos banderilleros, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, afiliados a la CNT.
Casi una vida después y tras múltiples intentonas, por la vía judicial y administrativa, la Junta de Andalucía ha decidido realizar la exhumación más problemática de asesinados durante la Guerra Civil de las más de 130 practicadas hasta ahora. Desembolsará 60.000 euros y exigirá confidencialidad por contrato a quienes participen en los trabajos. La fosa se abrirá a finales del presente mes, tras una larga e intensa lucha entre quienes deseaban conocer la verdad y quienes preferían conservar el mito y que ahora, ante la inminencia de la apertura, pugnan por establecer sus condiciones.
Pero cuando la tierra se abra bajo ese olivo, el mundo entero estará observando. De todas partes han llegado peticiones de expertos para participar en el proceso sin remuneración alguna. La consejera de Justicia del Gobierno andaluz, Begoña Álvarez, calla los nombres, porque ha contestado negativamente a célebres universidades y centros de investigación extranjeros que se han puesto en contacto con ella. Desde el mismo despacho en el que el general Gonzalo Queipo de Llano dio la orden de dar muerte al poeta, la consejera cuenta que el miércoles firmará un convenio con la Universidad de Granada, el Ayuntamiento de Alfacar, la Diputación de Granada y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para perfilar el equipo que se encargará de los trabajos. Después, se colocará una enorme carpa alrededor de la valla que ya impide el paso a los 300 metros delimitados para que los expertos empiecen a buscar. "Será un equipo pequeño, precisamente para garantizar la confidencialidad, al que le hemos pedido que hagan el mayor sacrificio que puede hacer un científico: el silencio", afirma Álvarez. "Casi todos serán andaluces", añade. Hay ya dos nombres seguros: el del arqueólogo Francisco Carrión y el de José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, autor, entre otros, de la identificación de los restos de Cristóbal Colón. Todos serán registrados al entrar. "No podrán llevar móviles o cámaras", puntualiza la consejera. Habrá guardias día y noche vigilando el lugar para evitar, como ha solicitado la familia de Lorca, que los restos sean exhibidos.
La Junta asegura que sólo difundirá los datos que le permitan hacer públicos las familias de las víctimas. Y la de Lorca, que siempre se ha opuesto a la apertura, se asegura ahora "el derecho a identificar los restos" del poeta.
Pero para cuando los arqueólogos se arrodillen finalmente bajo aquel olivo habrán pasado 73 años de miedo, olvido y fantasía. Y entre las vallas, bajo la carpa, aunque no estén presentes, habrá un hispanista irlandés que se reconoce "obsesionado" con Lorca, que se juega su prestigio profesional y que promete hacer las maletas y marcharse de España si el contrato de silencio le impide morirse sin saber si tenía razón. También, el fantasma de un perdedor, que teniendo en una maleta la fama y la fortuna, nunca se atrevió a abrirla y enseñársela al mundo. Y una mujer rota, adoptada por el hijo de una de las víctimas a los tres días de nacer, que lleva 13 años luchando por recuperar los restos de su abuelo y que ahora, en la recta final, sabe que no podrá hacer nada para identificarle porque su hermanastra asegura que ella no les representa y no ofrecerá su ADN.
Y la presión de una familia que ha luchado contra viento y marea para evitar este momento y a la que se le acaban los derechos de explotación de una herencia cultural multimillonaria -no hay día que no se represente en alguna parte del mundo una obra de Lorca y la familia suele recibir el 10% de la taquilla- en 2016. Amén de un juez estrella, Baltasar Garzón, que podría ser apartado de la carrera judicial por haber abierto una causa al franquismo y ordenar la apertura de esta fosa. ¿Aguantará la lona del secreto tanto peso?
Gibson cree que no. "Si conozco bien este país", dice el hispanista, "la exigencia de confidencialidad no triunfará. Los implicados se lo contarán a sus familias y terminará conociéndose lo que ha ocurrido ahí. Tiene que ser así". ¿Y si se equivoca? "Me voy de España". Asegura que no iría a ver la exhumación aunque le dejaran hacerlo -"mi corazón no lo resistiría y no es una forma de hablar"-. "Casi me volví loco. Vine a Granada para hacer una tesis y la tesis se convirtió en una investigación detectivesca. Estaba dispuesto a todo por averiguar cosas, incluso a robar documentación. Los Lorca creen que el desaparecido más célebre de la Guerra Civil, el segundo embajador español más importante después de Cervantes, es de su propiedad. Y no es cierto. Lorca es propiedad del mundo. Todo escritor es un exhibicionista, publicar es hacer público. Lorca quería ser famoso, llegar a la gente, y estoy convencido de que se rebelaría ante su familia si pudiera. Todo lo que queremos los que le admiramos es saber cómo murió".
Nieves García, sin embargo, sabe que ya no puede hacer nada para cambiar los futuros acontecimientos. "Siento una pena terrible porque no le vayan a identificar", dice la nietastra del maestro Dióscoro Galindo. "Su hijo me adoptó a los tres días de nacer porque mi madre, que estaba sola, no podía mantenernos a cuatro hermanos. A los 9 años me dijeron que era adoptada. Para mí, él era mi padre y Dióscoro ha sido siempre mi abuelo, aunque ahora mi hermana Nieves diga que no soy de la familia y que mi ADN no sirve para identificarle. Mi padre me contó muchísimas veces que fueron a por mi abuelo por ser maestro nacional y laico, y que lo enterraron con Lorca y dos banderilleros. Él se murió con la pena de no haber podido recuperar los restos y mi madre también. Recuerdo cuando Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, vino a contarnos que había recuperado a su abuelo, ¡y eso nos pareció un sueño! Desde entonces he ido de una puerta a otra intentándolo. ¡Con Garzón estuve tan cerca...!".
El padrastro de Nieves García nunca se atrevió a acercarse al lugar donde todos le habían dicho que estaba enterrado su padre, el maestro rojo de Pulianas. "Tenía mucho miedo. Incluso en democracia. Yo le decía: 'Papá, ahora ya no pasa nada'. Y él me contestaba: 'Los que estaban, siguen estando y no se sabe por dónde pueden salir".
Algo parecido le ocurre aún a la madre de Francisco Galadí, el nieto del banderillero del mismo nombre, que lleva ocho años contemplando con envidia cómo se abrían y cerraban fosas sin más aspavientos que la voluntad de una familia porque la víctima no había hecho el último paseo junto al poeta español más famoso de todos los tiempos. "Mi madre es muy mayor y para ella es como si no hubiese terminado la guerra. Cuando me ve hablando de recuperar los restos de mi abuelo, le entra una enfermedad. Piensa que le puede pasar a su hijo lo mismo que al padre de su marido", explica.
Es la dosis de olvido (o ganas de olvidar) y de miedo -de un terror tan arraigado que ha sobrevivido al hombre que lo provocó y murió en la cama-, contenida en esta fosa. La porción de fantasía está llena de teorías sobre la muerte de Lorca, incluida la que dice que sobrevivió a su fusilamiento, pero perdió el habla y no pudo decirle a nadie que él era el autor del Romancero gitano. Otra que cuenta que la familia rescató su cuerpo de la fosa al día siguiente de haber sido fusilado e incluso la que dice que fue denunciado por pederastia. Todo el mundo parece tener una versión sobre lo ocurrido, y también sobre quienes quisieron averiguarlo. "Cuando llegué a Granada todos me preguntaban por Penón. Había quien decía que era de la CIA y que lo había detenido la policía por espía", recuerda Gibson.
El hispanista recibió en 1980 la maleta de Penón de manos de William Layton, un escritor amigo que la había heredado a su muerte, con el encargo de hacer el libro que él no había podido escribir. Gibson publicó en 1990 Diario de una búsqueda lorquiana con sólo parte de los hallazgos de Penón. El libro pasó inadvertido y en 1991 Layton recuperó el material. Murió cuatro años más tarde, pero en su testamento había dejado en herencia nuevamente la maleta. Esta vez a una actriz y escritora de cuentos infantiles muy amiga de ambos, Marta Osorio, que, tras 12 años analizando la documentación, publicaría en 2009 un volumen de 781 páginas, con los hallazgos de Penón, titulado Miedo, olvido y fantasía.
"Al regresar a Nueva York, Agustín Penón se dio cuenta de que había gastado toda su fortuna en Granada, invitando a unos y otros. Tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de coches y de camarero en un restaurante italiano. Y tuvo muchas dudas. Agustín temía que le pasara algo a las personas que le habían ayudado a saber, y temía que su libro no estuviera a la altura de lo que había averiguado, que no le gustara a Lorca. Le faltó alguien que le apoyara", relata Osorio.
Un malentendido en el día y la hora de la cita impidió que Penón se encontrara con un amigo escritor al que le rogaba, desesperado, en una carta precisamente ese empujón: "Querido, recordado Toño : hace tres meses que regresé de España con una maleta en la mano llena de Federico y su trágica historia. (...) Tengo en mis archivos 1.300 páginas de notas adquiridas durante dos años de investigación (...) Todo late en mis archivos como un corazón gigante y salvaje que a veces me impide dormir con su intensidad. He pasado los últimos dos meses buscándole un latido comunicable... pero tengo dudas, Toño, dudas que me paralizan".
En esas 1.300 páginas figuraba la entrevista con Manuel Castilla, miembro del "pelotón de enterradores" al que despertaban de madrugada antes de que las víctimas fueran paseadas y que, según describió Penón, "se vestían siempre con la duda de si iban a enterrar a otros o serían ellos mismos los enterrados". Manuel Castilla le explicó que "el grupo de Federico" fue llevado al lugar de la fosa en un vehículo requisado al doctor Alejandro Otero, de siete plazas. "En cuanto el coche con las víctimas arrancaba, nosotros, los enterradores, los seguíamos en otro coche. Las herramientas para nuestro trabajo, piochas, azadas y palas, iban en el coche de las víctimas pues se les decía que iban a trabajar", relató Castilla a Penón.
También recoge el libro la entrevista con Ramón Ruiz Alonso, el hombre que fue a detener a Lorca a casa de los Rosales, una familia de falangistas entre los que se había escondido, y que le espetó a Penón: "Es usted el primer hombre que ha tenido las agallas de acudir a mí, que soy la principal fuente de información, para preguntarme lo que ocurrió", antes de deshacerse en una poco creíble versión sobre un error fatal que había terminado en fusilamiento. En su despacho, Ruiz Alonso tenía las Obras completas de Lorca. "Aunque sé que es demasiado insensible para sentir remordimientos, aunque sé que la presencia de este libro en la estantería sólo habla de su crueldad y de su cinismo, no puedo evitar sentir un débil impulso de piedad hacia un hombre condenado para siempre a ser perseguido por el resplandor de su víctima", escribió Penón.
En aquella maleta llena de Federico había sitio también para "el suspiro romántico de una mujer granadina que le quiso demasiado", la burguesa e inteligente Emilia Llanos Medina, pese a que ésta nunca sería correspondida. "Penón hizo en año y medio la investigación más completa sobre Lorca. Nadie averiguó después de él nada nuevo. Fue el primero, por ejemplo, en hablar de su homosexualidad", asegura Osorio.
Fue esa cuestión la que rompería años más tarde la relación entre Gibson, el investigador oficial del poeta, y la familia Lorca. "Le escribí a Isabel García Lorca comentándole mi idea de hacer una biografía y me respondió: 'Estupendo, así me ayudarás a ordenar el archivo'. La publiqué, tocando, naturalmente, el tema de la homosexualidad, y entonces la relación se torció. El padre de Lorca era homófobo, pero de la misma manera que no se puede hablar de la obra de Wilde o de Proust sin hablar de su homosexualidad no se puede hablar de Lorca sin mencionarlo. ¡El tema de su obra es el amor imposible!", explica Gibson.
¿Aguantará esa carpa tanto secreto?
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¿Dónde está Lorca?
NOTIC. ANDALUCÍA
La apertura de la fosa reaviva las leyendas
ELPLURAL/ANDALUCÍA
Si todo marcha según lo planeado por los expertos, a finales de este mes se abriría la fosa donde yace, entre otros, Federico García Lorca. El misterio que ha envuelto a la apertura de su tumba y la negativa de la familia durante años a hacerlo ha alimentado la rumorología popular y se han estipulado distintas teorías a lo largo de los años. Ahora, todos los misterios podrían esfumarse si finalmente se hace público quién yace en la fosa
*
Una de las teorías que tiene más peso es la que defiende el periodista e investigador Fernando Guijarro, quien sostiene que, aunque Lorca fue enterrado en un primer momento en unos terrenos de Alfacar (los mismos que se están peinando con georradar) "su cadáver ya no está allí".
La familia pudo rescatar el cadáver
Guijarro se muestra convencido de que la apertura de la fosa demostrará que los restos del poeta no se encuentran en ese lugar. Según su versión, apoyada en testimonios de los vecinos de la zona, defiende que la familia desenterró el cuerpo días después del fusilamiento. El padre, además, pagó “300.000 pesetas de la época” para evitar el asesinato, aunque fue inútil. Esta versión podría explicar la reticencia de la familia a que se descubra el cadáver.
Movimiento de tierra
Un estudio del terreno, realizado por iniciativa propia por el experto en fosas Luis Avial, ha revelado la existencia de una fosa común con capacidad para seis cuerpos. Según el estudio, se aprecian cortes en los estratos de la tierra que sugieren movimiento en el terreno posterior al enterramiento. A pesar de los datos y la precisión de los equipos, Avial ha aclarado que se trata de "una aproximación científica".
Petición de los familiares
La intervención de la Junta en el proceso se inició a raíz de la petición cursada por los familiares de tres de los fusilados que supuestamente yacen en la misma fosa común que el poeta. Se trata del maestro republicano Dióscoro Galindo -cuya exhumación no será finalmente atendida por la Junta al existir opiniones contrarias en el seno de la misma familia- y de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Nuevos datos
Según se ha conocido recientemente, junto a ellos también podrían estar enterrados el inspector municipal de tributos Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo Vilches. Las familias de ambas víctimas se han sumado a la petición de apertura de la fosa.
Cuenta atrás para la apertura de las fosas de Alfacar Los últimos escollos para llegar a la tumba de Lorca
Tras la negativa de Cultura a asumir sus competencias, Justicia se ve obligada a tomar las riendas de la exhumación más polémica y mediática de la Guerra Civil
Elena Llompart / Granada | Actualizado 11.10.2009 - 05:04
zoom
Justicia ha contratado vigilancia las 24 horas del día para evitar nuevas intromisiones.
El proceso para abrir la fosa de Alfacar en la que supuestamente yacen los restos de Federico García Lorca junto a otros tres fusilados de la Guerra Civil -el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas- sigue encontrando obstáculos en el camino. Unos inesperados, otros planificados. Unos justificados, otros tan sólo explicables desde la certeza de que son muchos los que están en frente de la Ley de Memoria Histórica.
Es la fosa de la Guerra Civil. El símbolo. Aunque a muchos les moleste, no es un enterramiento más y, tal vez, la mayor prueba de ello son los meses de conflictos, laberintos judiciales y polémicas que lleva a sus espaldas.
El primero de los escollos fue la vía judicial, un problema de competencias entre juzgados que tuvo paralizada la apertura de la tumba durante meses y que sigue pendiente de una resolución del Tribunal Supremo. Tras la inhibición de Baltasar Garzón en la causa por los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, el problema era decidir quién debía ordenar la exhumación de Lorca: si el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional o al Juzgado de Instrucción 3 de Granada.
Conscientes del bloqueo que suponía este conflicto competencial, los familiares de los represaliados que querían recuperar los restos de sus antepasados y darles un enterramiento digno recurrieron a la vía administrativa. Aunque tampoco aquí hubo demasiada suerte. La primera respuesta que hallaron fue la advertencia de Cultura de que la fosa de Alfacar no era su competencia al entender que era un "enterramiento contemporáneo" y no un yacimiento arqueológico. Este aviso, que realizó el pasado 10 de julio la consejera Rosa Torres durante una visita al Centro Lorca que se está construyendo en la capital, molestó mucho a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada, que mantuvo su intención de presentar su estudio para solicitar la autorización de un proyecto arqueológico. A juicio de este colectivo, la consejera se equivocó en la forma, por no haberle comunicado su negativa anteriormente, pero, sobre todo, en el fondo. Y es que la intervención de la responsable fue muy desafortunado; hasta el punto de que Justicia se vio obligada a hacer frente a la situación, acelerando el proceso de un modo poco habitual.
Así, aunque este departamento se declaró competente para iniciar una tarea demandada desde hace 20 años por los familiares de los fusilados, también ha recibido duras críticas por ordenar el inicio de los trabajos previos (para localizar la fosa en el parque) sin que concluyera el plazo de alegaciones. También las ha recibido por su falta de contundencia a la hora de sancionar a Luis Avial, un técnico que se coló en el parque y que ha divulgado una supuesta investigación del lugar en que se ubicaría la fosa sin rigor alguno, tal y como el propio geólogo reconoció a este periódico. Pero, sobre todo, por haber abierto este proceso sin que la fosa esté protegida. Precisamente hay fosas declaradas BIC para evitar este tipo de situaciones. Los expertos contemplan esta protección para las fosas de un gran valor histórico, a efectos, por ejemplo, de que no se construya en la zona. En la ley andaluza, además, hay otro instrumento de protección muy importante que es la zona de servidumbre arqueológica. La Junta utiliza esta figura para zonas determinadas en las que se pueden conservar restos valiosos. Así, se trata de un instrumento jurídico de un gran valor para el Gobierno autonómico y que podría haber cuadrado perfectamente en este caso. Del mismo modo, la Junta también realiza inventarios de yacimientos a los que se les otorga un régimen especial de protección.
Aparte de esta cuestión, aquel 10 de julio en que Rosa Torres dijo que la apertura de la fosa no era su competencia porque no se trataba de un yacimiento arqueológico se le 'olvidó' que el patrimonio arqueológico, considerado como parte del patrimonio histórico español comprende, según la ley que lo regula en España, "los bienes muebles o inmuebles que son susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma continental". Además, integra "los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes", según consta en el artículo 40 de la Ley de Patrimonio Histórico.
Pero, ¿qué interés debería primar más en este caso? ¿El arqueológico o el forense? En Bosnia, cuando se han abierto las fosas comunes de la guerra, ha prevalecido el interés forense sobre el arqueológico porque hay procesos en marcha y un tribunal para perseguir los crímenes de la antigua Yugoslavia. Pero si hablamos de las fosas de la Guerra Civil, muchos expertos en patrimonio señalan que habría que tener en cuenta que tal vez se trate más de una circunstancia histórica que no viene determinada por el valor de los restos sino por un valor inmaterial vinculado a la idea de Memoria Histórica y que además afecta a víctimas de los dos bandos.
La ARMH sostuvo en su momento que la solución para abrir la fosa era la arqueología, porque se evitaban procesos penales y el maremágnum de competencias que ha habido. También se podría haber evitado situaciones tan lamentables como la ocurrida el pasado 25 de septiembre con la primera intromisión en la zona acotada de trabajo y el inicio del tan temido circo mediático.
http://www.diariodesevilla.es/article/andalucia/536316/los/ultimos/escollos/para/llegar/la/tumba/lorca.html#
Elena Llompart / Granada | Actualizado 11.10.2009 - 05:04
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Justicia ha contratado vigilancia las 24 horas del día para evitar nuevas intromisiones.
El proceso para abrir la fosa de Alfacar en la que supuestamente yacen los restos de Federico García Lorca junto a otros tres fusilados de la Guerra Civil -el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas- sigue encontrando obstáculos en el camino. Unos inesperados, otros planificados. Unos justificados, otros tan sólo explicables desde la certeza de que son muchos los que están en frente de la Ley de Memoria Histórica.
Es la fosa de la Guerra Civil. El símbolo. Aunque a muchos les moleste, no es un enterramiento más y, tal vez, la mayor prueba de ello son los meses de conflictos, laberintos judiciales y polémicas que lleva a sus espaldas.
El primero de los escollos fue la vía judicial, un problema de competencias entre juzgados que tuvo paralizada la apertura de la tumba durante meses y que sigue pendiente de una resolución del Tribunal Supremo. Tras la inhibición de Baltasar Garzón en la causa por los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, el problema era decidir quién debía ordenar la exhumación de Lorca: si el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional o al Juzgado de Instrucción 3 de Granada.
Conscientes del bloqueo que suponía este conflicto competencial, los familiares de los represaliados que querían recuperar los restos de sus antepasados y darles un enterramiento digno recurrieron a la vía administrativa. Aunque tampoco aquí hubo demasiada suerte. La primera respuesta que hallaron fue la advertencia de Cultura de que la fosa de Alfacar no era su competencia al entender que era un "enterramiento contemporáneo" y no un yacimiento arqueológico. Este aviso, que realizó el pasado 10 de julio la consejera Rosa Torres durante una visita al Centro Lorca que se está construyendo en la capital, molestó mucho a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada, que mantuvo su intención de presentar su estudio para solicitar la autorización de un proyecto arqueológico. A juicio de este colectivo, la consejera se equivocó en la forma, por no haberle comunicado su negativa anteriormente, pero, sobre todo, en el fondo. Y es que la intervención de la responsable fue muy desafortunado; hasta el punto de que Justicia se vio obligada a hacer frente a la situación, acelerando el proceso de un modo poco habitual.
Así, aunque este departamento se declaró competente para iniciar una tarea demandada desde hace 20 años por los familiares de los fusilados, también ha recibido duras críticas por ordenar el inicio de los trabajos previos (para localizar la fosa en el parque) sin que concluyera el plazo de alegaciones. También las ha recibido por su falta de contundencia a la hora de sancionar a Luis Avial, un técnico que se coló en el parque y que ha divulgado una supuesta investigación del lugar en que se ubicaría la fosa sin rigor alguno, tal y como el propio geólogo reconoció a este periódico. Pero, sobre todo, por haber abierto este proceso sin que la fosa esté protegida. Precisamente hay fosas declaradas BIC para evitar este tipo de situaciones. Los expertos contemplan esta protección para las fosas de un gran valor histórico, a efectos, por ejemplo, de que no se construya en la zona. En la ley andaluza, además, hay otro instrumento de protección muy importante que es la zona de servidumbre arqueológica. La Junta utiliza esta figura para zonas determinadas en las que se pueden conservar restos valiosos. Así, se trata de un instrumento jurídico de un gran valor para el Gobierno autonómico y que podría haber cuadrado perfectamente en este caso. Del mismo modo, la Junta también realiza inventarios de yacimientos a los que se les otorga un régimen especial de protección.
Aparte de esta cuestión, aquel 10 de julio en que Rosa Torres dijo que la apertura de la fosa no era su competencia porque no se trataba de un yacimiento arqueológico se le 'olvidó' que el patrimonio arqueológico, considerado como parte del patrimonio histórico español comprende, según la ley que lo regula en España, "los bienes muebles o inmuebles que son susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma continental". Además, integra "los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes", según consta en el artículo 40 de la Ley de Patrimonio Histórico.
Pero, ¿qué interés debería primar más en este caso? ¿El arqueológico o el forense? En Bosnia, cuando se han abierto las fosas comunes de la guerra, ha prevalecido el interés forense sobre el arqueológico porque hay procesos en marcha y un tribunal para perseguir los crímenes de la antigua Yugoslavia. Pero si hablamos de las fosas de la Guerra Civil, muchos expertos en patrimonio señalan que habría que tener en cuenta que tal vez se trate más de una circunstancia histórica que no viene determinada por el valor de los restos sino por un valor inmaterial vinculado a la idea de Memoria Histórica y que además afecta a víctimas de los dos bandos.
La ARMH sostuvo en su momento que la solución para abrir la fosa era la arqueología, porque se evitaban procesos penales y el maremágnum de competencias que ha habido. También se podría haber evitado situaciones tan lamentables como la ocurrida el pasado 25 de septiembre con la primera intromisión en la zona acotada de trabajo y el inicio del tan temido circo mediático.
http://www.diariodesevilla.es/article/andalucia/536316/los/ultimos/escollos/para/llegar/la/tumba/lorca.html#
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