sábado, 20 de febrero de 2010

El hombre clave en el asesinato de García Lorca


La infructuosa búsqueda del poeta y nuevas revelaciones devuelven actualidad al misterio que rodea a su cadáver. Aunque el paradero del cuerpo de Federico García Lorca siga siendo un misterio, desvelamos el papel decisivo en su detención del teniente coronel de la Guardia Civil, Nicolás Velasco Simarro.

El hombre clave en el asesinato de García LorcaTres fueron las razones del papel decisivo que tuvo el teniente coronel de la Guardia Civil Nicolás Velasco Simarro en la detención de Federico García Lorca: su cercanía personal a los Roldán, primos y rivales de la familia del poeta; su odio a Lorca por “El Romance a la Guardia Civil española” y la casualidad que puso en sus manos la suerte del escritor entre su detención el verano de 1936.

Nicolás Velasco Simarro fue dueño del destino del poeta granadino en los días que mediaron entre su detención, el 16 de agosto de 1936, y su traslado a Víznar.

Miguel Caballero investiga los últimos momentos del poeta y retrata a los implicados en su desaparición.

El mágico lírico, el poeta moderno y joven que soñaba una España nueva, fue asesinado por sus sublevados compatriotas fascistas. La noticia convirtió al poeta –que ya era famoso– en leyenda. Se hizo ver que los rojos, por su parte, también habían asesinado a un notable escritor de la Generación del 98, e ideólogo a la postre del fascismo español, Ramiro de Maeztu. Pero la noticia de la muerte (por vil que fuera) de un escritor ya mayor y nítidamente vinculado al fascismo, cuya repercusión internacional (desde hacía bastantes años) resultaba escasa, no pudo ni equilibrar el llanto y la protesta internacional –poemas dedicados por muchos poetas del mundo– por quien ya iba a ser uno de los mitos trágicos de la contienda fratricida española.

Luis Antonio de Villena relata los últimos días de Lorca y pide que el cadáver descanse donde esté enterrado, como símbolo de los horrores de la Guerra Civil.



http://www.elmundo.es/ladh/numero136/enportada.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario