martes 31 de marzo de 2009
Corazón, corazón
El hispanista irlandés Ian Gibson acaba de publicar un libro titulado “Lorca y el mundo gay” en el que analiza con pelos y señales la biografía sentimental y amorosa de Federico García Lorca. Según comenta el propio autor en las entrevistas previas a la publicación, en la obra se da cuenta de los novios y amantes de Lorca y se reseñan también los dos únicos amores femeninos del poeta, ambos con el nombre de Mª Luisa, y sus circunstancias.
Hace ya bastante tiempo que Ian Gibson dejó de aportar informaciones relevantes y provechosas para el hispanismo. Al igual que otros hispanistas de origen anglosajón, la fama de Ian Gibson se debe fundamentalmente a ser un pionero en la investigación de la vida de Federico García Lorca en una época —el tardofranquismo— en donde por miedo o por pudor nadie se atrevía a remover una tumba. Gibson fue un abanderado “avant la lettre” de la hoy rediviva memoria histórica y un “caballero de fortuna” en las antaño aguas dormidas de la Edad de Plata española. Agotado el tema “Lorca” y siempre cogiendo la ola de los centenarios, Gibson se atrevió con la biografía de Dalí, pero no llegó a Luis Buñuel, en donde nuestro profesor Agustín Sánchez Vidal le da sopas con honda.
El empeño biográfico de Ian Gibson ha devenido en eso: morbo, morbo y más morbo, sin que la minucia de los detalles biográficos aportados sirvan para explicar más a fondo una obra como la lorquiana que cuenta con una profusa y densa reelaboración simbólica de la realidad. Así las cosas, la presencia de Ian Gibson podría pasar inadvertida y naturalizada en un programa del corazón, como de hecho ya lo fue con reiteradas apariciones en el desparecido programa “Aquí hay tomate”.
¡Pobre Federico García Lorca! Convertido en icono gay en el atrabiliario centenario perpetrado en 1998, erigido en héroe cinematográfico de pacotilla por Andy García, objeto de atención por parte de la telebasura más abyecta, desplazado del trono poético generacional por Luis Cernuda, menguado el crédito de su producción literaria más folclórica y agitanada, cotizando a la baja sus tragedias mayores… Es el triste sino de un autor para quien su biografía se ha convertido en una losa que amenaza con sepultar su obra.
lunes, 28 de junio de 2010
Publicado en Ideal
Ian Gibson desvela los amores de Lorca en su último libro
Planeta publica esta semana 'Lorca y el mundo gay'
16.03.09 -
EUROPA PRESS
| MADRID
El hispanista Ian Gibson narra el drama del Lorca, enfrentado a una sociedad machista e intolerante, y desvela el amor que Lorca sintió por la joven Mª Luisa en su último libro 'Lorca y el mundo gay', que la editorial Planeta publica esta semana. Este amor «traumático y perdido» ha sido hasta el momento, el secreto mejor guardado de la biografía del poeta, según señala Ian Gibson.
Para escribir este libro, Gibson ha analizado minuciosamente todos sus escritos, desde su infancia y juventud hasta su muerte, para desentrañar las angustias y los anhelos del gran poeta granadino.
Así, Gibson rescata del pasado a los dos únicos amores femeninos del poeta, dos Marías Luisas: María Luisa Egea, hermana de uno de los contertulios de Federico en el Rinconcillo, el grupo de jóvenes creadores que se reunían en el café Alameda; y María Luisa Natera Ladrón de Guevara, nombre hasta ahora inédito en los estudios lorquianos, pasión breve surgida en Lanjarón.
Asimismo, el autor apunta las primeras inquietudes de Lorca ante el hecho de ser gay, como parece intuirse en una carta a Adriano del Valle escrita en mayo de 1918.
Años después, en la Residencia de Estudiantes, el poeta volvería a sentirse «incómodo» por su homosexualidad, en este caso frente a Luis Buñuel.
Su gran obsesión
Gibson nos habla también de dos relaciones con distinto final, las mantenidas con el poeta Emilio Prados y con el músico Gustavo Durán. Pero es Salvador Dalí quien se convirtió en su gran obsesión.
El pintor catalán, quien siempre negaría ser homosexual o haber tenido la tentación de serlo, sí se sintió inquieto ante la insistencia amorosa del poeta. El historiador analiza las claves sobre la relación que se vislumbran en uno de los poemas más célebres de Lorca 'Oda a Salvador Dalí'.
Uno de los episodios más insólitos en todo este proceso, tal y como se describe en el libro, es la única relación sexual mantenida por Lorca con una mujer, Margarita Manso.
Gibson también relata cómo en la Gran Manzana, el poeta conocerá los locales gay de Harlem y el mundo homosexual en las fiestas privadas. Allí nacerá uno de sus poemarios más célebres, 'Poeta en Nueva York', donde deja ver su protesta ante los marginados y aprovecha para reivindicar su propio sufrimiento.
El libro termina con un capítulo titulado 'Ultimo acto y mutis', en donde Gibson nos relata el último año de vida del poeta, 1936, fecha en la que escribe tres piezas teatrales: 'La casa de Bernarda Alba', 'Los sueños de mi prima Aurelia' y 'El sueño de la vida'. Inquieto tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo, huye a Granada donde le espera su propia muerte, crimen en el que también tuvo un papel importante su condición de homosexual.
Planeta publica esta semana 'Lorca y el mundo gay'
16.03.09 -
EUROPA PRESS
| MADRID
El hispanista Ian Gibson narra el drama del Lorca, enfrentado a una sociedad machista e intolerante, y desvela el amor que Lorca sintió por la joven Mª Luisa en su último libro 'Lorca y el mundo gay', que la editorial Planeta publica esta semana. Este amor «traumático y perdido» ha sido hasta el momento, el secreto mejor guardado de la biografía del poeta, según señala Ian Gibson.
Para escribir este libro, Gibson ha analizado minuciosamente todos sus escritos, desde su infancia y juventud hasta su muerte, para desentrañar las angustias y los anhelos del gran poeta granadino.
Así, Gibson rescata del pasado a los dos únicos amores femeninos del poeta, dos Marías Luisas: María Luisa Egea, hermana de uno de los contertulios de Federico en el Rinconcillo, el grupo de jóvenes creadores que se reunían en el café Alameda; y María Luisa Natera Ladrón de Guevara, nombre hasta ahora inédito en los estudios lorquianos, pasión breve surgida en Lanjarón.
Asimismo, el autor apunta las primeras inquietudes de Lorca ante el hecho de ser gay, como parece intuirse en una carta a Adriano del Valle escrita en mayo de 1918.
Años después, en la Residencia de Estudiantes, el poeta volvería a sentirse «incómodo» por su homosexualidad, en este caso frente a Luis Buñuel.
Su gran obsesión
Gibson nos habla también de dos relaciones con distinto final, las mantenidas con el poeta Emilio Prados y con el músico Gustavo Durán. Pero es Salvador Dalí quien se convirtió en su gran obsesión.
El pintor catalán, quien siempre negaría ser homosexual o haber tenido la tentación de serlo, sí se sintió inquieto ante la insistencia amorosa del poeta. El historiador analiza las claves sobre la relación que se vislumbran en uno de los poemas más célebres de Lorca 'Oda a Salvador Dalí'.
Uno de los episodios más insólitos en todo este proceso, tal y como se describe en el libro, es la única relación sexual mantenida por Lorca con una mujer, Margarita Manso.
Gibson también relata cómo en la Gran Manzana, el poeta conocerá los locales gay de Harlem y el mundo homosexual en las fiestas privadas. Allí nacerá uno de sus poemarios más célebres, 'Poeta en Nueva York', donde deja ver su protesta ante los marginados y aprovecha para reivindicar su propio sufrimiento.
El libro termina con un capítulo titulado 'Ultimo acto y mutis', en donde Gibson nos relata el último año de vida del poeta, 1936, fecha en la que escribe tres piezas teatrales: 'La casa de Bernarda Alba', 'Los sueños de mi prima Aurelia' y 'El sueño de la vida'. Inquieto tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo, huye a Granada donde le espera su propia muerte, crimen en el que también tuvo un papel importante su condición de homosexual.
sábado, 26 de junio de 2010
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
sábado, 12 de junio de 2010
Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo.
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
¡Ay, amor,
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor,
que se fue por el aire!
miércoles, 9 de junio de 2010
domingo, 6 de junio de 2010
«Soy un drogadicto de Federico García Lorca» El director teatral José Carlos Plaza recibió en la casa natal del poeta la distinción del Pozo de Oro du
JUAN LUIS TAPIA jltapia@ideal.es | GRANADA.
«¿Qué sería de mí sin García Lorca? Lorca está en mi sangre, porque yo soy un drogadicto de García Lorca, porque es vida, lucha, sensualidad, sonoridad y tremendamente maravilloso», dijo el escenógrafo y director teatral José Carlos Plaza, al ser distinguido con el Pozo de Oro, un galardón del patronato provincial lorquiano que distingue a las personalidades relacionadas con la obra del poeta de Fuente Vaqueros.
Fue el acto conocido como '5 a las 5', que tuvo una fuerte dosis teatral y neoyorquina, porque al 112 aniversario del nacimiento del autor granadino se sumó el ochenta de su viaje a Nueva York y el setenta de la edición del poemario dedicado a la metrópolis estadounidense.
Plaza, nada más recibir el galardón, rememoró su primer contacto con la obra de García Lorca, «que se produjo cuando tenía unos 17 años y un grupo de jóvenes y rojos intelectuales decidimos hacer una lectura del 'Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías', y aquello acabó con la policía y con una paliza, pero aquel hecho se quedó en mi alma».
«García Lorca está lleno de vida y es interminable», añadió el escenógrafo. José Carlos Plaza se formó en la dirección de escena de la mano de William Layton, en su conocido laboratorio teatral, un hombre que tenía por compañero sentimental al investigador lorquiano Agustín Penón. «Ellos me contaron -relató el director escénico- lo que les sucedió cuando decidieron marchar al sur de España, a Granada, para investigar allá por 1957 ó 1958 la muerte de García Lorca». Plaza rememoró cómo los dos personajes, «un Agustín Penón que no hablaba español y que era sordo», localizaron a Emilia Llanos, quien fuera la gran amiga de Federico. «La encontraron en misa y cuando vio a Penón le dijo aquella mujer: 'En sus ojos están los ojos de Federico'».
Después de esta anécdota, José Carlos Plaza indicó haber visto los ojos del poeta de Fuente Vaqueros en «un Paco Nieva, que escribió una obra dedicada a Lorca, en Berta Riaza, cuando hice 'Yo no he nacido todavía, y en los ojos de Cristina Hoyos». La bailaora y escenógrafa, quien se encontraba entre el público que acudió a los actos lorquianos, fue la encargada de llevar a la danza 'Yerma' junto a José Carlos Plaza.
El galardonado señaló estar «más que emocionado, que es algo que ya va con la edad, estoy conmocionado, porque siento un poco de vergüenza y es como si recibiera el regalo de un enamorado».
Los ojos de Penón
El director del Patronato Provincial García Lorca, Alfonso Alcalá, fue el encargado de realizar una semblanza del premiado. Alcalá rememoró el paso por el Teatro Español Independiente, el Laboratorio de William Layton y demás círculos de la escena alternativa española del homenajeado, «en unos tiempos en los que era difícil interpretar las obras lorquianas». Destacó especialmente el montaje de 'La casa de Bernarda Alba', «donde aparecía una joven Ana Belén en el papel de Adela». El responsable de la institución dedicada al poeta en Fuente Vaqueros distinguió a José Carlos Plaza como «uno de los hombres que ha mantenido en la cúspide de la escena la obra de García Lorca».
Según el profesional de la escena, cuando emprende una obra del poeta granadino «hay que cogerte de la mano de Lorca y que él te lleve, porque hacer su teatro es fácil, aunque algunos directores se empeñen en hacer moderneces y falten a lo que pretendía hacer el autor».
En cuanto a la polémica sobre la recuperación de los restos de García Lorca, José Carlos Plaza indicó que «es un problema de derechos humanos el que miles de persones estén en las cunetas, pero en el caso de Lorca es la familia la que debe decidir, pero la obra y la figura de Federico García Lorca está más viva que nunca».
En el acto de entrega de la insignia del Pozo de Oro participaron la vicepresidenta de la Diputación de Granada, Juana María Rodríguez, y el alcalde de Fuente Vaqueros, Javier García, quienes elogiaron la labor cultural y artística del distinguido. El '5 a las 5', como viene siendo tradicional, fue clausurado por un concierto gratuito en el Paseo del Prado de Fuente Vaqueros, que en esta ocasión corrió a cargo del cantautor canario Pedro Guerra.
http://www.ideal.es/granada/v/20100606/cultura/drogadicto-federico-garcia-lorca-20100606.html
«¿Qué sería de mí sin García Lorca? Lorca está en mi sangre, porque yo soy un drogadicto de García Lorca, porque es vida, lucha, sensualidad, sonoridad y tremendamente maravilloso», dijo el escenógrafo y director teatral José Carlos Plaza, al ser distinguido con el Pozo de Oro, un galardón del patronato provincial lorquiano que distingue a las personalidades relacionadas con la obra del poeta de Fuente Vaqueros.
Fue el acto conocido como '5 a las 5', que tuvo una fuerte dosis teatral y neoyorquina, porque al 112 aniversario del nacimiento del autor granadino se sumó el ochenta de su viaje a Nueva York y el setenta de la edición del poemario dedicado a la metrópolis estadounidense.
Plaza, nada más recibir el galardón, rememoró su primer contacto con la obra de García Lorca, «que se produjo cuando tenía unos 17 años y un grupo de jóvenes y rojos intelectuales decidimos hacer una lectura del 'Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías', y aquello acabó con la policía y con una paliza, pero aquel hecho se quedó en mi alma».
«García Lorca está lleno de vida y es interminable», añadió el escenógrafo. José Carlos Plaza se formó en la dirección de escena de la mano de William Layton, en su conocido laboratorio teatral, un hombre que tenía por compañero sentimental al investigador lorquiano Agustín Penón. «Ellos me contaron -relató el director escénico- lo que les sucedió cuando decidieron marchar al sur de España, a Granada, para investigar allá por 1957 ó 1958 la muerte de García Lorca». Plaza rememoró cómo los dos personajes, «un Agustín Penón que no hablaba español y que era sordo», localizaron a Emilia Llanos, quien fuera la gran amiga de Federico. «La encontraron en misa y cuando vio a Penón le dijo aquella mujer: 'En sus ojos están los ojos de Federico'».
Después de esta anécdota, José Carlos Plaza indicó haber visto los ojos del poeta de Fuente Vaqueros en «un Paco Nieva, que escribió una obra dedicada a Lorca, en Berta Riaza, cuando hice 'Yo no he nacido todavía, y en los ojos de Cristina Hoyos». La bailaora y escenógrafa, quien se encontraba entre el público que acudió a los actos lorquianos, fue la encargada de llevar a la danza 'Yerma' junto a José Carlos Plaza.
El galardonado señaló estar «más que emocionado, que es algo que ya va con la edad, estoy conmocionado, porque siento un poco de vergüenza y es como si recibiera el regalo de un enamorado».
Los ojos de Penón
El director del Patronato Provincial García Lorca, Alfonso Alcalá, fue el encargado de realizar una semblanza del premiado. Alcalá rememoró el paso por el Teatro Español Independiente, el Laboratorio de William Layton y demás círculos de la escena alternativa española del homenajeado, «en unos tiempos en los que era difícil interpretar las obras lorquianas». Destacó especialmente el montaje de 'La casa de Bernarda Alba', «donde aparecía una joven Ana Belén en el papel de Adela». El responsable de la institución dedicada al poeta en Fuente Vaqueros distinguió a José Carlos Plaza como «uno de los hombres que ha mantenido en la cúspide de la escena la obra de García Lorca».
Según el profesional de la escena, cuando emprende una obra del poeta granadino «hay que cogerte de la mano de Lorca y que él te lleve, porque hacer su teatro es fácil, aunque algunos directores se empeñen en hacer moderneces y falten a lo que pretendía hacer el autor».
En cuanto a la polémica sobre la recuperación de los restos de García Lorca, José Carlos Plaza indicó que «es un problema de derechos humanos el que miles de persones estén en las cunetas, pero en el caso de Lorca es la familia la que debe decidir, pero la obra y la figura de Federico García Lorca está más viva que nunca».
En el acto de entrega de la insignia del Pozo de Oro participaron la vicepresidenta de la Diputación de Granada, Juana María Rodríguez, y el alcalde de Fuente Vaqueros, Javier García, quienes elogiaron la labor cultural y artística del distinguido. El '5 a las 5', como viene siendo tradicional, fue clausurado por un concierto gratuito en el Paseo del Prado de Fuente Vaqueros, que en esta ocasión corrió a cargo del cantautor canario Pedro Guerra.
http://www.ideal.es/granada/v/20100606/cultura/drogadicto-federico-garcia-lorca-20100606.html
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