León Gieco
´Cuando leo a Lorca, me pregunto quién sería el tipo que apretó el gatillo´
El autor del himno antimilitar ´Sólo le pido a Dios´ ofreció en el Teatro CajaGranada Isidoro Máiquez un repaso de los temas más importantes de su cancionero.
EDUARDO TÉBAR Acaba de aterrizar en Granada procedente de Tel Aviv. Todavía amodorrado por las horas de vuelo, el músico recibe las preguntas con ganas. Una vez entrado en materia, charla con esa esponjosa locuacidad tan propia del pueblo argentino. León Gieco (Santa Fe, 1951) es el mesías de la música de su país.
Pionero en la mezcla del rock con los sonidos tradicionales. Astuto letrista y predicador de la cara más marginal de la sociedad. A él pertenece un importante pedazo de la canción de autor hispana de los últimos cincuenta años. Temas como ´Cinco siglos igual´, ´La colina de la vida´ o ´La memoria´ pertenecen al recuerdo colectivo de la comunidad ´argenta´. Tras el concierto, fue homenajeado con un recital en el que participarán Salvador Amor y Carlos Andreoli, entre otros artistas.
–Aquí le identifican más con la voz de Ana Belén en ´Solo le pido a Dios´. ¿Qué representa para usted esa canción?
–Ana Belén tuvo un éxito muy grande; vendió muchas ´placas´. Si fuese un cantante especulador, habría aprovechado para venir a proclamar mi autoría. Pero estaba saturado de trabajo en Argentina. No me atraía convertirme en un inmigrante en España. Ningún inmigrante cambia de país por gusto. Suele pasar por dictaduras sangrientas, como nos pasó a nosotros. Incluso en los peores años de Ménem, con toda la corrupción y el neoliberalismo, los creadores y los intelectuales deben hacer frente a pesar de los problemas. En los noventa grabé mis mejores discos. Canciones más fuertes terminadas en Los Ángeles con músicos de James Taylor y Crosby, Still, Nash & Young.
–Sin embargo, con esa canción usted sufrió en sus carnes la amenaza y el exilio.
–La compuse en el 78. Me trajo muchos quebraderos de cabeza. El problema no era la canción, sino yo. Ya venía siendo prohibido desde la época anterior al gobierno militar. La escribí pensando en la posibilidad de guerra entre Argentina y Chile, un conflicto manejado desde Estados Unidos. Los pueblos argentino y chileno no tenían nada que ver con sus dictaduras. Si algo hizo bien el Vaticano fue mediar. En ´Sólo le pido a Dios´ está inserto el tema de la guerra, pero también otras cuestiones personales. Habían ´volado´ de Argentina a Mercedes Sosa, Horacio Guarany y, mucho antes, a Atahualpa Yupanqui. Un jefe militar me dijo que no podía componer un tema de paz en tiempos de guerra. Su determinación era absurda y burra. Me pusieron la equis en la radio y en la televisión. Después, empezaron las amenazas telefónicas. Por primera vez, salí de gira: me obligaban al exilio.
–Apoyó a Néstor Kirchner. ¿Qué opina del reciente varapalo de su esposa en las urnas?
–Parece que los gobiernos que pintan bien, están condenados a un rápido desgaste en Argentina. Pasó en el 83 con Alfonsín. Kirchner empleó una política diferente al neoliberalismo. Fomentó la exportación y los derechos humanos. En ese sentido, fue un ejemplo para el mundo.
–El mes pasado le nombraron Honoris Causa en la Universidad de Rosario. ¿Cómo lleva lo de que le llamen Doctor Gieco?
–Es un premio a la trayectoria. Me han dado dos a los largo de mi carrera. El primero fue un Grammy que me otorgaron con César Camargo Mariano. Se trata de un reconocimiento a lo hecho. A las piedras y a los paredones que cruzamos para llegar a ser lo que somos. He grabado más de cuarenta discos, he compuesto más de trescientas canciones. He cantado a la justicia y al amor.
–Debutó en la música compaginando formaciones folclóricas y conjuntos de rock n´ roll. ¿No se volvía loco?
–Arrastro esa dualidad desde chiquito. A los siete años cantaba canciones de Atahualpa Yupanqui. Me enteré de que lo echaron del país y empecé a tomar conciencia. Me encantaban los Beatles, Rolling Stones, Who, Jimi Hendrix y Spencer Davis Group. Copiábamos el formato de tres guitarras y bombo. El de Los Charchaleros. Pensábamos en sumarle una cosa a la otra. En el 65, mi corazón se alió con los primeros movimientos del rock nacional. La canción ´La balsa´, de Los Gatos, supuso un fuerte impacto popular. Cuando cumplí 18 años, compuse mi primera canción bajo el influjo de Bob Dylan y Claudio Gabis. Fíjate qué dupla: el primer guitarrista del rock argentino y Bob, al que considero mi hermano mayor.
–Ha preguntado varias veces por la Casa-Museo de Lorca desde su aterrizaje en Granada. ¿Guarda vínculos poéticos con España?
–Leo muchísimo a Lorca y me siento poéticamente unido a él. Cuando lo repaso, siempre me quedo pensando quién sería el tipo que apretó el gatillo. Fue Franco. El otro día encontraron al asesino de Víctor Jara, un pobre albañil. Debe ser una gran carga haber matado a gente así.
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