miércoles, 30 de diciembre de 2009

domingo, 27 de diciembre de 2009

La gran 'novela' de la Guerra Civil

http://www.elpais.com/articulo/cultura/gran/novela/Guerra/Civil/elpepucul/20091227elpepicul_1/Tes
Se publica por primera vez sin censurar el libro con el que Juan Ramón Jiménez quiso demostrar su inequívoco compromiso con la República española

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 27/12/2009


"¿Qué deben hacer los poetas en la guerra?". Ésta es la pregunta que desde el 18 de julio de 1936 asaltó a Juan Ramón Jiménez. Y ésta es su respuesta: "La poesía como todo lo esencial es eterna, no se modifica con las circunstancias. En todo caso, el poeta cumplirá con su deber y su conciencia, dejando, si es preciso, su trabajo literario propio de la paz, y poniéndose con su ideal. Y su ejemplo". Para el autor de Platero y yo siempre estuvo clara la labor de un escritor "si no puede pelear con los puños": como artista, escribir lo mejor que sepa; como ciudadano, arrimar el hombro cuanto pueda. Sin mezclar jamás ambas cosas, sin confundir la pluma con una pistola y, sobre todo, sin dejar que la primera se beneficie de la autoridad de la segunda: "Nosotros ¡los intelectuales! Etc. Debemos ayudar al Gobierno y al pueblo; no ellos a nosotros".



Según el poeta, no había que confundir nunca la pluma con la pistola

"O no gritar tanto, o irse a las trincheras", recomendaba

Para los sublevados, era un vivalavirgen amante de la molicie

Para los más ruidosos del bando republicano, era un cursi hiperestésico

Para Juan Ramón, un poeta puede morir "en la guerra" o "de la guerra" como Lorca, Machado o Miguel Hernández, pero no dedicarse a dar lecciones en la retaguardia. Y critica a León Felipe al saber que ha acudido a una cena de la Embajada de México en Madrid envuelto en el abrigo de pieles de un duque asesinado "y jactándose de ello con vociferación y bromita". El abrigo y la comida, dice, les hubieran venido mejor a los pobres milicianos "que morían gangrenados" en el frente de Teruel. "No se deben celebrar con banquetes los triunfos de la muerte", escribe. Y también: "O no gritar tanto o irse a las trincheras".

Juan Ramón Jiménez (1881- 1958) fue un hombre transparente y de convicciones rocosas, pero poco dotado para sobrevivir en un mundo de maniqueos. "Comunista individualista" se llamaba a sí mismo. Mucho menos en un tiempo en el que la brutalidad del blanco y negro se llevó por delante todos los matices. Exiliado de primera hora, vio desde su destierro americano cómo en España su figura era pasto de la caricatura. Para los sublevados era un vivalavirgen amante de la molicie y "el desinterés por las cosas feas materiales" que se paseaba por California estrenando "los últimos modelos de automóviles salidos de las fábricas USA". Para los más ruidosos del bando republicano era un cursi hiperestésico mantenido por su mujer que, mareado por el olor de la sangre, prefirió mirar para otro lado.

Consciente de la tormenta de mentiras y tópicos que se le venía encima, el escritor decidió contar en un libro la verdad de su compromiso con la República. Para ello se dedicó a recopilar materiales propios y ajenos -poemas, notas de diario, artículos, cartas y recortes de periódico- destinados a alimentar un volumen titulado Guerra en España. Nunca llegó a verlo publicado. Murió en Puerto Rico en 1958, dos años después de recibir el Premio Nobel. Guerra en España vio la luz por primera vez, aunque notablemente expurgado, en 1985. La edición corrió a cargo del poeta y traductor Ángel Crespo, que tuvo que reducir notablemente el primer manuscrito a petición de Seix Barral. Casi un cuarto de siglo después, la editorial sevillana Point de Lunettes publica el libro completo: 880 páginas frente a las 335 de la primera edición, 150 imágenes frente a 27.

Su lectura no deja ninguna duda respecto al apoyo del poeta de Moguer al Gobierno republicano. Si en tiempos de paz se había negado a firmar manifiesto alguno por considerarse ajeno a todo partido político, el 30 de julio de 1936 no duda en firmar un escrito en apoyo a la República y "al pueblo que con heroísmo ejemplar lucha por sus libertades". Pasado el tiempo, del recorte de prensa que da la noticia del manifiesto tachó los nombres de los que habían vuelto a España antes de 1945: Menéndez Pidal, Gregorio Marañón y Pérez de Ayala, entre otros.

Pero el compromiso del poeta fue más allá de firmar manifiestos o de ofrecerse (sin demasiado éxito) a varios ministros del Gobierno para que dispusieran de toda la energía de un hombre enfermizo de 55 años. Al poco de estallar la guerra, él y su esposa, Zenobia Camprubí, acogieron a 12 niños en uno de los pisos que alquilaba ésta en Madrid. Cuando se acabaron las patatas y la leche condensada del Gobierno, el matrimonio empeñó parte de sus enseres para seguir manteniéndolos. No sería la primera vez que comprometieron su patrimonio. Cuando en 1937 Espasa Calpe rescindió los contratos de todos los escritores leales a la República, él, ya en el exilio, rompió el suyo con la filial argentina de la editorial. Aquel contrato era su única seguridad económica. Zenobia lo dijo con estas palabras: "Económicamente, la guerra nos ha dejado... como a casi todo el que ha tenido vergüenza".

En agosto de 1936 el poeta marchó al exilio. A su llegada a Nueva York organizó una colecta a favor de los niños refugiados e intentó movilizar a la opinión pública -trató incluso de ver al presidente Roosevelt- a favor de la República española para contrarrestar la propaganda franquista. Es lo que hizo en las otras etapas de su destierro: Puerto Rico y Cuba. "Lo que en España defienden ahora el ejército y el clero, ayudados por las clases 'privilegiadas', digan ellos lo que digan para ganar la opinión universal, no es, no será, o mejor, no sería más que un nuevo feudalismo".

Si para Soledad González Ródenas, autora de la edición ampliada de Guerra en España es "más un archivo que un libro", para Andrés Trapiello se trata de "la gran novela de la Guerra Civil española". "Al menos lo sería si no fuese porque todo en el libro es demasiado verdadero: el miedo, la indignidad de muchos intelectuales...", matiza el escritor, que en primavera publicará una versión ampliada de su ensayo Las armas y las letras, un clásico ya sobre el papel de los escritores durante la contienda. "Las novelas sobre la guerra han envejecido peor que los libros de memorias de muchos testigos", continúa Trapiello, para el que Juan Ramón Jiménez "tuvo la suerte de poder elegir y la decencia de no cambiar. Murió en el mismo bando en el que siempre estuvo".
Poesía en los pies de foto

El autor de Españoles de tres mundos, un libro cuya reedición en Visor coincide con la recuperación de Guerra en España, practicó de joven la pintura al óleo y dibujó durante toda su vida. Siempre, además de poeta, se consideró "un gran visual". No sorprende, pues, que uno de los capítulos más impactantes de Guerra en España sea el gráfico. Durante años, el escritor recortó fotografías de los periódicos relacionadas con la contienda española y sus derivaciones internacionales. En muchos casos, el propio Jiménez añadía de su puño y letra un pie de foto más visceral que descriptivo. El conjunto forma un curioso álbum en la línea de los que Bertolt Brecht, un escritor de muy distinto signo, realizó por las mismas fechas sobre la guerra mundial.

Dos grandes grupos de personajes protagonizan el álbum de Guerra en España: los niños y los fascistas. Los primeros fueron siempre su gran preocupación. Los segundos, su bestia negra, la negación de todo lo que él defendía. En la colección de imágenes, no obstante, hay protagonistas de ambos bandos: escritores como sus amigos Machado y Lorca, cuyo asesinato conmocionó a Juan Ramón, que lo había conocido en la Residencia de Estudiantes, o políticos como Pasionaria, Companys ("Pero ustedes lo fusilaron", dice el pie añadido por el poeta) o Queipo de Llano. También Hitler ("¿Podrá este gorila, cerdo, tiburón, rejir el mundo?") y Mussolini ("Il Duce en el aria final de la opereta: España para los italianos, bufa. Bufa Il Duce... y la opereta"). Otra de sus andanadas se dirige a José Bergamín, con el que polemizó por extenso hasta el punto de acusarle de estar tras el asalto a su piso madrileño (uno de los asaltantes había trabajado como secretario en Cruz y raya, la revista dirigida por Bergamín). Bajo el recorte de una entrevista a éste, Juan Ramón Jiménez escribió: "¡Qué mono el Mono con el mono! / ¡El Mono con el mono, con el mono / del mono! Mono, mono, mono. / Trimono, Trimotormono. Trimono. Triple Anís del Mono. / ¿Unamuno? ¡Unimono! (Estilo del mono). // ¿Cuánto le ha costado ¿a quién? ¿Esta entrevista grotesca?".

Con todo, como dice la profesora González Ródenas, "Juan Ramón respetaba todas las posturas siempre que fueran morales y claras. Siempre distinguió entre ideología y conducta ética". Por eso criticó los enjuagues que Gómez de la Serna y Jorge Guillén hicieron con su pasado. Por eso lloró amargamente la muerte en la batalla de Teruel de su sobrino, enrolado en las filas de Falange, que murió "equivocado" pero "fiel": "Pobre iluso", escribió su tío bajo su retrato. Aquella muerte sumió a Juan Ramón en la primera gran depresión del destierro. Pasó un año y medio sin escribir una sola línea.

La biblioteca inédita de Lorca

http://www.granadahoy.com/article/granada/594512/la/biblioteca/inedita/lorca.html#


Un estudio revela que se conservan 445 libros de la biblioteca personal del poeta, lector de los clásicos y de sus coetáneos · Un tercio de ellos fueron regalos, muchos de ellos intonsos
Elena Llompart / Granada | Actualizado 27.12.2009 - 13:21


¿Cuántos libros pasaron por las manos de Federico García Lorca? ¿Cuántos han sobrevivido a los registros de los sublevados militares efectuados en su domicilio en Granada? ¿Qué tipo de literatura prefería el poeta? ¿Leía a los clásicos? ¿De qué obras bebió?

La historia de la biblioteca personal de Federico es larga y accidentada. Aunque Manuel Fernández Montesinos, su sobrino, puso todo su empeño en estudiarla, ordenarla y catalogarla para la tesina de su licenciatura en la Facultad de Letras de la Complutense, su valioso trabajo se quedó finalmente sin publicar.

Ante esta laguna informativa, La Fundación Lorca ha dedicado un extenso volumen de su Catálogo general de fondos documentales a arrojar luz, recuperando el trabajo de Montesinos e incluyendo nuevas y sorprendentes aportaciones. Un estudio editado por Christian de Paepe y Manuel Fernández Montesinos -con la colaboración de Rosa María Illán de Haro y Sonia González García- revela que se han conservado casi 500 libros y revistas. Títulos que arrojan luz sobre las preferencias del poeta y que cuentan con un gran valor literario, biográfico y bibliográfico.

El poeta, que procedía de una familia de un nivel cultural muy alto para el ambiente rural al que pertenecía, leía mucho y compraba numerosos libros, aunque no tenía la paciencia de un coleccionista, ni se le ocurría, por ejemplo, hacer fichas bibliográficas. "Tuve épocas de leerme dos libros diarios", señaló en una ocasión y, en otra, con motivo de la inauguración de una biblioteca pública en Fuente Vaqueros, su pueblo natal, afirmó: "Libros, regalo cuantos compro, que son infinitos."

Según indica Christian de Paepe en la introducción del volumen, muchos de los libros del catálogo fueron regalos, prácticamente un tercio del total. Son 135 con dedicatoria y otros muchos que supuestamente también fueron regalos, como por ejemplo Los toros en la poesía castellana, Poemas arábigo-andaluces y varios tomos sobre poesía argentina. Curiosamente, "entre este grupo de libros regalados y dedicados se encuentra la mayoría de los intonsos", aquellos que tienen los pliegos de páginas sin cortar.

El estudio revela que existen títulos "poco corrientes", sobre todo entre los que llevan sellos de librerías de Granada y fechas de edición relativamente tempranas (1918-1919 por ejemplo), lo que puede ser "indicación de la envergadura real de la biblioteca de García Lorca, que llegó a tener, precisamente por ser muy extensa, hasta esos títulos menos conocidos".

"Que de Eça de Queiroz haya dos títulos poco corrientes, uno de ellos editado en 1919, puede ser indicación de que novelas más populares como El crimen del padre Amaro existieron también. Extraña también que exista en la colección una obra tan poco conocida como Herodes y Mariene de Friedrich Hebbel cuando no hay ninguna obra de teatro de Schiller. Entre los títulos shakespearianos no están ni El rey Lear ni, extrañamente, Romeo y Julieta, obra que sirve, como se sabe, para la trama de El público", señala De Paepe.

El hecho de que falten ejemplares que Lorca dijo haber leído, como Paraíso cerrado de Soto de Rojas, las Soledades de Góngora o Santa Catalina de Siena de Joergensen, puede deberse a que "en el momento de almacenar la biblioteca se guardasen con más esmero los libros raros o los que llevasen dedicatorias" en lugar de ediciones populares de menos valor.

Por otra parte, es llamativa la presencia de numerosas obras de la literatura universal: Dante y Machiavelli, Goethe y Kant, Aristóteles, Platón y Descartes, Sófocles y Eurípides, Cicerón, Stendhal, Balzac y Proust, Shakespeare, Tagore y Omar Kayyam. Pero, al lado de estas obras de lectura obligada en cualquier carrera literaria, la lista de novelistas rusos, ingleses y franceses, y de dramaturgos ingleses, alemanes y escandinavos, es "verdaderamente extraordinaria".

Otra característica bastante significativa, según destaca Christian de Paepe, es el carácter "predominantemente liberal" de la colección. Entre los libros se encuentran, en la tranquila compañía de Santo Tomás de Aquino, San Ambrosio o San Agustín, obras que en un ambiente como el que predominaba en la Granada de principios de siglo se considerarían escandalosas: Candide de Voltaire, Discurso preliminar de la Enciclopedia de D´Alembert, El origen de las especies de Darwin, amén de tomos de Unamuno, Ruskin, Wells, etc.

Claro está que la presencia de un total de 46 títulos de publicaciones seriadas "demuestra a su manera los numerosos contactos que Federico García Lorca mantuvo a lo largo de su vida con el mundo más amplio de la cultura y de las artes". Y, al lado de las clásicas revistas regionales o de las efímeras de vanguardia, figuran algunas de las revistas más divulgadas y prestigiosas de los años veinte y treinta: L´Amic de les Arts, La Gaceta literaria y la Revista de Occidente, entre otras.

La Residencia de Estudiantes redescubre la modernidad de la Generación del 27


Una exposición pone de relieve la riqueza y modernización que supuso este movimiento para el país
03.12.09 - 02:36 -
:: EFE | MADRID.

«¿Aquel momento ya es una leyenda?», se preguntaba Jorge Guillén en su poema 'Unos amigos', después de que irrumpiera en España la Generación del 27, poetas, pintores, músicos e intelectuales que modernizaron el país, y cuyas huellas se ven desde ayer en una exposición en la Residencia de Estudiantes.
Así, bajo el título 'La generación del 27' y con el subtítulo '¿Aquel momento ya es una leyenda?' esta ambiciosa exposición pone de relieve el universo, la riqueza y modernización que supuso para toda la sociedad española este grupo de creadores que tuvieron su momento álgido entre el 1927 y 1928. Un movimiento que dio lugar a la llamada Edad de Plata de la cultura española, solo superada por el Siglo de Oro.
Organizada por la Sociedad Estatal para Conmemoraciones Culturales, la Junta de Andalucía y la Residencia de Estudiantes, el lugar que estuvo vinculado a todos ellos y por el que pasaron muchos, la exposición propone «un recorrido transversal», según el comisario de la muestra, Andrés Soria Olmedo.
Esto es, no solo indagar en la poesía, que fue una estrella, sino también por las artes plásticas, el teatro, la música, la arquitectura o el cine, que se contagiaron de estos aires de vanguardia, y que inundaron la vida española hasta que fueron interrumpidos por la Guerra Civil.
García Lorca, Dámaso Alonso, Alberti, Guillén, Cernuda, Salinas, Aleixandre, Bergamín, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados o el torero Ignacio Sánchez Mejía, en esa foto que les inmortalizó en el Ateneo en torno al homenaje a Góngora, constituye el preámbulo de esta muestra.

domingo, 20 de diciembre de 2009

MANUEL VICENT Niebla

MANUEL VICENT 20/12/2009

Cuando en 1958 viví en Granada un año estudiando Derecho, el nombre de García Lorca estaba sometido a un silencio muy sólido en su propia ciudad. Supe que alrededor del poeta había un misterio porque en mis correrías de estudiante por los colmados de la Alcaicería a veces me encontraba con un tipo bien vestido y generalmente ebrio, que en los momentos de mucho vino rompía a sollozar y a pedir perdón en voz alta a un tal Federico. A ese hombre sus conocidos le llamaban Pepeniqui. Era el mayor de los hermanos Rosales, jefe de Falange durante la guerra, en cuya casa fue acogido Lorca. A partir de este hecho comencé a interesarme por algunos pormenores de la muerte del poeta. En compañía de un compañero de clase, que también lo ignoraba todo sobre el caso, hice una excursión hasta Viznar. Al llegar a la plaza del pueblo había una pareja de la Guardia Civil, que sin decirnos nada no dejó de vigilar nuestros movimientos hasta que abandonamos aquel paraje. Mucho después, a finales de los años sesenta, cuando el nombre y la muerte de García Lorca ya eran un clamor en toda España, en otro viaje a Granada un librero amigo me llevó de nuevo al lugar del crimen. Detuvo el coche cerca de una plantación de pimpollos y de una urbanización de chalés en las afueras de Alfacar. Con la convicción de saber muy bien lo que decía, no sin congoja, señalando un movimiento de tierras, afirmó que el franquismo estaba tapando con cemento y con repoblación forestal todos los vestigios de los fusilamientos que hubo en ese lugar, donde había miles de enterrados. El invierno pasado quise visitar el monolito y el famoso olivo que indicaba la fosa del poeta, un punto crucial, ya consagrado, de peregrinación, pero una niebla muy espesa que cubría ese día toda la falda de sierra Nevada me impidió orientarme. Presiento que esa niebla perdurará durante un tiempo indefinido sobre el paradero de los restos de nuestro poeta nacional, sacrificado por la barbarie. Sin ánimo de atribuirme virtudes de investigador, pienso que es una ingenuidad muy grande no sospechar que el franquismo hizo todo lo necesario para evitar que el cuerpo de García Lorca fuera un día rescatado, dejándolo a un metro bajo tierra a merced de cualquiera que pudiera levantarlo como una bandera.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Niebla/elpepiult/20091220elpepiult_2/Tes?print=1

miércoles, 16 de diciembre de 2009

«Lo que hay que hacer con Lorca es leerlo y saber por qué está en

Manuel Fernández-Montesinos, sobrino del poeta

«Lo que hay que hacer con Lorca es leerlo y saber por qué está en una fosa común»
Fernández-Montesinos, ayer en la Universidad de La Rioja | DIAZ URIEL
Alguien excavó en la fosa de García Lorca poco después de su asesinato
J. SÁINZ | LOGROÑO
Jueves , 10-12-09
«...Cuando se hundieron las formas puras / bajo el cri cri de las margaritas, / comprendí que me habían asesinado. / Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias, / abrieron los toneles y los armarios, / destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro. / Ya no me encontraron. / ¿No me encontraron? / No. No me encontraron. / Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba, / y que el mar recordó ¡de pronto! / los nombres de todos sus ahogados.»
Mal podía saber Federico García Lorca al escribir Fábula y rueda de los tres amigos, publicado en Poeta en Nueva York en 1930, cuánto significado adquiriría su poema seis años después, cuando fue asesinado al comienzo de la Guerra Civil, y, aún hoy en día, cuando sus restos siguen enterrados en una fosa común en el paraje de Fuente Grande, en Alfacar (Granada) y su búsqueda alimenta una amarga polémica entre quienes la acometen y la familia del poeta.
Más tiempo de excavación
Ayer mismo, ante la falta de resultados satisfactorios, la Junta de Andalucía comunicó que ha decidido ampliar la zona de excavación así como el tiempo de duración de los trabajos, tal como ha solicitado la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada. Ayer mismo, en Logroño, tan lejos de Alfacar y en cierto modo tan cerca, Manuel Fernández-Montesinos, escritor y sobrino de García Lorca, restaba importancia a esta búsqueda, pero afirmaba al tiempo que «lo que hay que hacer es leer sus obras» y «saber por qué le pegaron cuatro tiros y por qué está en una fosa común».
Sentimientos encontrados que, en todo caso, no deberían ser irreconciliables. Fernández-Montesinos, que vivió exiliado junto a su familia en Estados Unidos, era uno de los participantes en la jornada inaugural del congreso internacional «El exilio literario de 1939, setenta años después», que se celebra en la Universidad de La Rioja (UR) hasta mañana. Pero el grave asunto de Fuente Grande no podía ser pasado por alto. -¿Qué opinión tiene de la situación en que se encuentra la búsqueda de los restos del poeta Federico García Lorca, su tío?
-Yo no tengo ni idea. Pienso que intentan encontrarlo y no lo encuentran. Estamos en ese punto que dice el poema: «¿No me encontraron? No. No me encontraron».
-¿La familia mantiene su oposición a la exhumación, llegado el caso?
-La familia ya ha emitido varios comunicados al respecto. Lo que nosotros decimos es que la memoria histórica en este caso es que a este hombre le pegaron cuatro tiros y que está allí enterrado junto a otros. Y queremos que todo aquel parque sea un cementerio, no sólo de esos cinco que asesinaron con Lorca. Allí hay quizás más de dos mil. Lo mismo que Manuel Azaña está enterrado en Montauban, Machado en Collioure... No se pueden mover. Ésa es la memoria histórica. Lo que sí hay que saber es por qué está Federico García Lorca enterrado en una fosa común, por qué está el presidente de la República enterrado en Francia y por qué está enterrado también en Francia el mejor poeta del siglo XX. Eso es lo que hay que saber y ésa es la memoria histórica. Dejaos de llevar y traer muestras.
En boca de todos
-¿Qué cree que queda por reivindicar de la figura y la obra de Federico García Lorca?
-Lo que se debe hacer es conocerle. Lo que hay que hacer con García Lorca es leer sus obras y todo lo que se ha escrito sobre él, aquello que le sitúa dentro de su grupo y de su época, de los movimientos artísticos del momento, de su familia, de su ciudad... García Lorca es un fenómeno y todo el mundo tiene a García Lorca en los labios, pero muchos no podrán mencionar ni tres obras suyas que no sean las famosas tragedias.
-¿Qué queda por reivindicar de aquella generación de escritores que murieron o fueron exiliados y represaliados?
-Estamos conmemorando esa efemérides de la sangría intelectual que sufrió este país debido a la Guerra Civil. Decenas de poetas, muchos de ellos ya consagrados y otros en ciernes que tuvieron que escribir en el exilio.
http://www.abc.es/20091210/cultura-libros/hacer-lorca-leerlo-saber-20091210.html

lunes, 14 de diciembre de 2009

Paseo Literario por Granada Federico García Lorca

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/poetasdel27/com/jsp/contenido.jsp?pag=/poetasdel27/contenidos/RutasLiterarias/paseoLorca&seccion=rutasLiterarias


La ciudad está dormida y acariciada por la música de sus románticos ríos...

El color es plata y verde oscuro... y la sierra besada por la luna, es una turquesa inmensa. La niebla está saliendo de las aguas y agrandando el paisaje. Los cipreses están despiertos y moviéndose lánguidos inciensan la atmósfera... y el viento convierte en órgano a Granada, sirviéndole de tubos sus calles estrechas... El Albayzín tiene sonidos vagos y apasionados y está envuelto en oropeles suaves de luz oscura... Sus casas tristes y soñadoras que mueve la niebla, parece que quieren contarnos algo de lo mucho grande que miraron... La vega es acero y polvo gris, nada se oye que retumbe en el silencio... el río de oro gime al perderse por el túnel absurdo... el espejo del Generalife corre a desposarse con su novio el Genil... Sobre las torres cobre y bronce de la Alhambra flota el espíritu de Zorrilla. El viento tiembla y el bosque tiene sonidos metálicos y de violocelos, las esquilas de los conventos están llorando lágrimas de hierro y castidad... La campana de la Vela está diciendo una melodía tan grave y augusta, que los cipreses y los rosales tiemblan nerviosamente.

F. S., en O II, pág. 439.

martes, 17 de noviembre de 2009

Paco Damas homenajea a Miguel Hernández en «Tristes guerras»


Disco monográfico sobre el poeta de Orihuela
Paco Damas homenajea a Miguel Hernández en «Tristes guerras»

El 11 de noviembre se ha presentado, en la Sociedad General de Autores, de Madrid, el nuevo proyecto discográfico de Paco Damas que con el nombre de “Tristes guerras” rinde homenaje al gran poeta Miguel Hernández.

11/11/2009
http://www.cancioneros.com/co.php?NM=887
«Tristes guerras» del cantautor andaluz Paco Damas es el primer disco monográfico publicado, con poemas cantados del poeta de Orihuela, en el marco de la celebración, en 2010, del “Centenario de su nacimiento”.



Este nuevo trabajo de Paco Damas —que anteriormente musicalizó textos de Alberti, Machado, Cernuda, Lorca o Juan Ramón Jiménez— es una obra sencillamente extraordinaria: bella, rebosante de sensibilidad, de una gran riqueza y variedad musical y, sobre todo, profundamente testimonial del pensamiento y de la obra de Hernández. Un trabajo discográfico en el que realmente se cumple aquello de que “la palabra se hace música”.



En concreto Paco ha incorporado a su nueva creación los siguientes poemas-canciones:

• “En tu boca...”, uno de los primeros poemas escritos por Miguel Hernández (1930).

• “Casi nada” y "Tus cartas son un vino”, poemas escritos entre 1933 y 1934.

• “Tengo estos huesos hechos a las penas” y “Yo sé que ver y oír a un triste enfada”, del libro El rayo que no cesa (1934-1935).

• “Para la libertad. (El herido)”, de El hombre acecha, 1937-1939)

• “Duérmete, pena”, “El mar” “El sol, la rosa y el niño”, “Guerra. Tristes guerras”, “Rueda que irás muy lejos” (con Pastora Soler) y “Tus ojos se me van%u02DD (con Luis Eduardo Aute), de Cancionero y Romancero de Ausencias (1938-1941).



El proyecto “Tristes guerras” se edita acompañado de un conjunto de documentos de contenido divulgativo y de novedosa e innovadora propuesta didáctica, sobre Miguel Hernández, que —con la colaboración de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha— ofrece una extensa y variada cantidad de actividades para que los niños y los adolescentes reflexionen sobre cada una de las canciones y puedan interiorizarlas; propuesta didáctica a través de la que se pretende acercar la literatura —en este caso, la obra poética de Miguel Hernández—, a las nuevas generaciones y suscitar en ellas el deseo y el gusto por la escritura.



Escuchando este nuevo disco de Paco Damas no he podido dejar de recordar y de celebrar aquello que Don Miguel Unamuno escribió hace años: “Hasta las más elevadas hipótesis de la ciencia y de los intelectuales son doctrinas frías. Hay que hacerlas poesía [...]. El pueblo necesita que le canten, que le rían, que le lloren mucho más que el que le enseñen”.

Fernando G. Lucini
Musicólogo, periodista y escritor

Las señoritas de los abanicos



(Federico García Lorca - )

La señorita del abanico
va por el puente del fresco río.
Los caballeros con su levita
miran el puente sin barandillas.

La señorita del abanico
y los volantes busca marido.
Los caballeros están casados,
con altas rubias de idioma blanco.

Los grillos cantan por el oeste,
la señorita va por lo verde.
Los grillos cantan bajo las flores,
los caballeros van por el norte.


va por el puente del fresco río.

GUION LITERARIO DEL PROGRAMA DE PLANETARIO EL UNIVERSO DE LORCA Autor: Juan Mata

(HABLA LORCA)

Cuando muramos
nos llevaremos
una serie de vistas
del cielo.
(Cielos de amanecer
y cielos nocturnos.)
Aunque me han dicho
que muertos
no se tiene
más recuerdo
que el de un cielo de Estío,
un cielo negro
estremecido
por el viento.



(HABLA LA LUNA)

Se escuchan los gemidos de las parturientas y el llanto inaugural de las criaturas que esta madrugada están encontrándose con el mundo. Muchas vidas comienzan esta noche.
Nadie puede predecir su porvenir, ni los sueños que guiarán sus actos, ni las aventuras o fracasos que les aguardan.
Nada está decidido, todo está por realizar: sus juegos, sus palabras, sus amores, sus compañeros, sus viajes, su muerte.
Los supersticiosos creen que mi presencia influirá en las vidas de esos niños que nacerán esta noche. Desconocen cómo se construye una vida, qué deseos o azares la gobiernan. Miran el cielo como quien lee la sentencia de un juez. No entienden que de poco les sirve mirar las estrellas si no han aprendido antes a mirar al hombre.
Yo sólo soy un testigo. Miro y me miran mientras vagabundeo alrededor de la tierra.
Uno de los muchos niños que esta noche, 5 de Junio de 1898, abrirá sus ojos se va a llamar Federico García Lorca.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Cartas de Vicenta Lorca a su hijo Federico, Vicenta Lorca (RBA)




Aunque la Fundación Federico García Lorca ha publicado todas las cartas conservadas por los herederos que el poeta envió a su madre y al resto de miembros de su familia, poco se sabía de las escritas por doña Vicenta a su hijo. Sólo se conocían algunos fragmentos publicados por Mario Hernández, Andrew A. Anderson y Christopher Maurer en sus ediciones del epistolario lorquiano. Hoy, este riquísimo aunque breve epistolario, que se inicia en 1920, consigue transmitir la entrañable relación que mantenían madre e hijo, la importancia del papel de Vicenta en su carrera literaria, el apoyo incondicional de una madre cariñosa y exigente, y las circunstancias por las que cada uno de ellos pasaba. Queda aquí reflejada la pasión de una madre que se desvivía por ver reconocida la obra de su hijo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Historia lorquiana de un centro

Historia lorquiana de un centro
El proyecto del traslado de la Fundación García Lorca a Granada se remonta a los tiempos en los que el Ayuntamiento adquirió la Huerta de San Vicente
26.12.07 -
JUAN LUIS TAPIA /

EL consorcio que regirá el futuro Centro Lorca quedará finalmente constituido mañana, tras la firma de todos sus patronos, y Laura García Lorca se convertirá en la primera directora de la institución lorquiana granada. El acto pone punto final a unas gestiones y proyectos que se remontan a hace más de veinte años.

La idea de trasladar la institución lorquiana de Madrid a Granada surge aún en vida de la última hermana viva del poeta, Isabel García Lorca, quien fundara en 1948 este centro dedicado a la obra de su hermano. La muerte de Isabel y el cansancio del sobrino del poeta Manuel Fernández-Montesinos, quien se encontraba al frente de la Fundación, fueron los motivos que rescataron la ya vieja idea del regreso de los fondos lorquianos a Granada. Años antes de la creación del museo en la Huerta de San Vicente, la que fuera residencia veraniega de los García Lorca, se planteó la posibilidad de trasladar la Fundación a unas viviendas anexas al caserón lorquiano.

Las diferencias y disconformidad de Isabel García Lorca con la conversión de la Huerta en parque dedicado a su hermano frustraron aquella iniciativa. Hubo otro intento abanderado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, cuyas condiciones no fueron aceptadas por la familia García Lorca.

Sólo cuando el proyecto surge de los herederos de García Lorca, que sondean a las instituciones granadinas sobre el traslado, se inicia el camino para la creación del llamado Centro Lorca, un sendero cuajado de otros proyectos, solares, edificios, propuestas y continuas firmas de acuerdos en una especie de procesión 'kafkiana'. El 20 de diciembre de 2002, la misma Fundación decide su traslado a Granada. Por aquel entonces era alcalde el socialista José Moratalla y deciden reunirse con el presidente de la Junta, Manuel Chaves, para sondear la posición del Gobierno andaluz.

Banco de España

Paradojas de la política, el alcalde José Moratalla solicita a la Junta de Andalucía la sede del Banco de España para la Fundación lorquiana (14-02-2003). El 26 de marzo de 2003 se confirma y es el mismo presidente del Gobierno, José María Aznar, quien se decide por el Banco de España para la institución. Laura García Lorca se muestra de acuerdo con este edificio. Ha pasado el tiempo y urge la búsqueda de una sede para acoger los fondos lorquianos. Una vez más aparecen las paradojas políticas y es el mismo Senado con la mayoría de los votos populares el que rechaza ceder el Banco de España al Ayuntamiento de Granada. Además, el nuevo alcalde de Granada, José Torres Hurtado, es el encargado de llevar las negociaciones con Montoro (ministro de Hacienda), Pilar del Castillo (ministra de Cultura) y Aznar para alcanzar un acuerdo y obtener el uso cultural del edificio para Granada. Los unos por los otros, la casa se va para la Escuela de Fiscales de Andalucía. El gobierno de Chaves hace la jugada maestra y permuta la salmantina Casa de las Conchas por la sede bancaria granadina. Corre el mes de octubre de 2003. Ha pasado más de un año desde que se da a conocer la intención del traslado.

La Romanilla

Un mes más tarde, en noviembre, el Ayuntamiento que preside Torres Hurtado y la Fundación deciden que el Centro Lorca se construirá en la plaza de La Romanilla, en el solar que era el mercado provisional. Comienza la búsqueda de los fondos necesarios para la construcción, una empresa que encabeza el mismísimo José María Aznar y su titular de Cultura, Pilar del Castillo. Se produce el anuncio y habrá 20 millones de euros con cargo a los fondos europeos. Se comprometen: dos años de plazo para que sea una realidad. Estamos en enero de 2004, mes en el que el Gobierno se compromete para hacer realidad el centro.

Primer acuerdo

El 21 de febrero de 2004 se produce en la Huerta de San Vicente el primer paso institucional para convertir en realidad lo que eran meras intenciones. La firma es al más alto nivel, con la presencia de miembros del Gobierno, presidente de la Junta y alcalde. La Huerta se viste de fiesta y reúne a una gran cantidad de personalidades del mundo de la cultura, pero las firmas de las intenciones tarden en convertirse en realidad.

Fiasco europeo

El primer mazazo se produce en el mes de mayo de 2004, tras la adjudicación de los fondos europeos, los Feder, que sólo dan para construir el aparcamiento del edificio. Aparecen los primeros reproches políticos, aunque las acusaciones mutuas del uso del nombre de García Lorca estarán a la orden del día.

El Gobierno popular dice que no podrá disponer de fondos extra, pero rápidamente el futuro de la institución depende de un acuerdo entre el Ejecutivo y la Junta para poner el dinero necesario. Sigue pasando el tiempo y estamos en julio de 2004. El gobierno autonómico socialista no cumple y en los presupuestos no aparece ese dinero lorquiano.

El concurso arquitectónico se ha convocado y elige el proyecto de tres jóvenes arquitectos mejicanos y dos eslovenos residentes en Barcelona. Ya se sabe cómo será. En enero de 2005, y van tres años. En marzo de ese mismo año se vuelve a firmar otro acuerdo institucional en el que se repite la escena, pero ya se fija el presupuesto, que supera los 18,5 millones de euros. El acto representa, de momento, la unión de todas las administraciones -el Gobierno central, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Granada y la Diputación- en torno al Centro Lorca. Efectivamente, de momento, porque las diferencias políticas se han cebado sobre el proyecto, donde las acusaciones sobre los fondos y las expropiaciones, como la famosa churrería, han llegado hasta hace unos meses.

Faltaba la firma del consorcio, que se creó el pasado día 5 de junio, en el aniversario del poeta, tres años y tres meses desde el primer compromiso. El consorcio está formado a parte iguales de representación por el Ministerio de Cultura, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Granada, Diputación Provincial, Fundación Residencia de Estudiantes y Fundación Lorca. Mañana, al fin, se constituye esta institución, tras varios aplazamientos. El organismo será el encargado de gestionar este centro por ahora en obras.

jltapia@ideal.es

El Centro Lorca de Granada abrirá el 5 de junio Las obras del museo de La Romanilla acabarán en marzo y la apertura coincidirá con el homenaje anual a

Q. CH. | GRANADA


Las obras del Centro Lorca de la plaza de la Romanilla de Granada culminarán en la primera quincena de marzo, mientras que su apertura está prevista para el 5 de junio, según ha informado la Consejería de Cultura. El delegado en Granada, Pedro Benzal, ha explicado que en diciembre se nombrará el gerente que gestionará el recinto.
Hasta el nuevo edificio se trasladarán los fondos de Residencia de Estudiantes, un material tan valioso por sí mismo como el propio edificio: 46 dibujos del poeta, 2.343 cuartillas manuscritas de prosa, teatro y poesía, correspondencia de Federico García Lorca con familiares y amigos, su biblioteca personal con revistas literarias de la época, unos 125 libros dedicados al poeta por sus autores, un fondo de 4.624 libros catalogados y más de 500 por catalogar.
La inversión final en el edificio rondará los 24,5 millones de euros, seis más de lo previsto. El presupuesto se financia entre un 75 y un 70% con fondos europeos y el resto desde la Junta de Andalucía. Por su parte, el Ayuntamiento aporta los terrenos sobre los que se ha construido el edificio.
http://www.ideal.es/granada/20091112/granada/centro-lorca-granada-abrira-20091112.html

martes, 10 de noviembre de 2009

LIBRO DE POEMAS. SUEÑO









Mi corazón reposa junto a la fuente fría.

(Llénala con tus hilos,

araña del olvido.)

El agua de la fuente su canción le decía.

(Llénala con tus hilos,

araña del olvido)

Mi corazón despierto sus amores decía.

(Araña del silencio,

téjele tu misterio.)

El agua de la fuente lo escuchaba sombría.

(Araña del silencio,

téjele tu misterio.)

Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.

(manos blancas, lejanas,

detened a las aguas.)

Y el agua se lo lleva cantando de alegría.

(¡Manos blancas, lejanas,

nada queda en las aguas!)

Federico García Lorca

domingo, 8 de noviembre de 2009

http://video.yandex.ru/users/pugachev-alexander/view/4362/

Federico García Lorca: Pequeño Vals Vienés

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

sábado, 7 de noviembre de 2009


Actualizado Miércoles, 07-10-09 a las 19:59
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y ésta vale por mil lágrimas. Por primera vez los ojos de la ciencia se adentran como raíces en el dolor que custodia el subsuelo en el punto exacto donde se dice que fue enterrado Federico García Lorca, en el parque que lleva su nombre en Alfacar. Esos ojos han identificado la fosa más buscada de la Guerra Civil. Apoyada en las ondas de la tecnología del geo-radar, una mirada que no inquieta a los muertos tanto como a los vivos nos ofrece la primera descripción exacta del interior de la fosa, previa a su excavación, planeada para las próximas semanas por la Junta andaluza.
«Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura, los que doman caballos y dominan los ríos: los hombres que les suena el esqueleto y cantan con una boca llena de sol y pedernales...» El recuerdo de sus versos mana junto a los miles de datos informáticos desde la tierra oscura que esconde la exacta dimensión de la fosa.
El día de su asesinato, en los albores de la Guerra Civil, cuando contaba 38 años, uno de los más grandes poetas de nuestra historia fue enterrado junto a un maestro y dos banderilleros —y tal vez un inspector municipal de tributos (o de abastos) del Ayuntamiento granadino y un restaurador— en la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936.
Luis Avial, de la empresa Cóndor Geo-radar, escaneó el pasado día 25 de septiembre la zona que históricamente ha sido asociada con el enterramiento del poeta. Se trata de un parque público en Alfacar, donde se erigió un monolito de homenaje a todas las víctimas de la barbarie que el poeta simboliza y donde según los pocos testimonios de la época —sobre todo el de Manuel Castilla Blanco, que participó en los hechos directamente— fueron enterrados el poeta y y sus compañeros en aquella noche aciaga.
El fondo de la fosa, la quilla de esta barca de muerte sobre la que yacen los restos humanos, tiene una profundidad de entre 0,8 y 0,9 metros y dibuja una escena del crimen cuyos detalles resultan todavía estremecedores
Descripción de la fosaAvial, que ha cedido los resultados de sus análisis en exclusiva a ABC, es un operador de geo-radar y un experto en localizar fosas después de su amplia colaboración con varias asociaciones para la recuperación de la memoria histórica en toda España. Lo cierto es que se ha convertido en la primera persona capaz de describir el interior de la fosa. Y el resultado ha sido verdaderamente sorprendente.
Para empezar, las medidas: la fosa tiene un vaso —así se llama la marca cóncava que ha dejado la tumba excavada en los estratos originales— cuyas medidas son de unos 6 metros de largo por apenas 2 de ancho (en realidad poco más de 1,8 metros). El fondo de la fosa, la quilla de esta barca de muerte sobre la que yacen los restos humanos, tiene una profundidad de entre 0,8 y 0,9 metros y dibuja una escena del crimen cuyos detalles resultan todavía estremecedores.
Avial, el autor de este estudio de geo-radar, advierte que su informe no identifica al poeta, pero sí sostiene la existencia de una fosa que concuerda con los relatos históricos y que guarda restos humanos
Tres concavidadesAunque la imagen del geo-radar no perfila las formas de los huesos, sí muestra anomalías compatibles con restos humanos. Hay tres concavidades diferenciadas y separadas por dos pequeños amontonamientos de tierra que debieron separar unos cuerpos de otros. El tamaño de cada concavidad es de unos 2 metros de longitud. Por las dimensiones registradas, los cuerpos deben haber sido enterrados en parejas. El experto intuye dos cadáveres por concavidad, puesto que sería inútil cavar una fosa de estas dimensiones sólo para tres cuerpos. En total debió de acoger entre cinco y seis.
De este modo, los cuerpos de García Lorca y sus desgraciados compañeros, el maestro republicano Dióscoro Galindo, los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas y, según se indica desde la Junta de Andalucía, el inspector municipal Fermín Roldán y un restaurador granadino, Miguel Cobo Vilches quedaron sepultados.
Avial, el autor de este estudio de geo-radar, advierte que su informe no identifica al poeta, pero sí sostiene la existencia de una fosa que concuerda con los relatos históricos y que guarda restos humanos. La Junta también busca en este lugar con todos los medios a su alcance.
Al estar en un parque público y tratarse de un enterramiento de carácter simbólico, esta información debe ser conocida por el público, sostiene Avial. Los distintos radagramas efectuados muestran los detalles del subsuelo, incluso la compactación de los estratos del camino que bordea la fosa.
Sea como fuere, Avial ha completado con este trabajo las investigaciones que durante décadas llevaron a cabo Brenan y sobre todo Ian Gibson y que reconstruyeron su detención y los horribles sucesos que acabaron con el asesinato de García Lorca, y su enterramiento en la fosa común que lo iguala con las demás víctimas de represalias durante la contienda. Por ello la familia no quiere que sea exhumado o identificado y prefiere que el lugar en el que ha sido localizada la fosa se convierta en un memorial.
Pero hay familiares que sí quieren recuperar y dar sepultura a los restos de sus antepasados y tienen derecho. Según Avial, la gran virtud de esta tecnología de geo-radar, aplicada a la memoria histórica, es que permite ahorrar tiempo y dinero al localizar la ubicación y profundidad de los restos, a veces el número de cuerpos, y asimismo permite a los arqueólogos trabajar con maquinaria pesada hasta que se acercan al lugar donde se requiere tener delicadeza.
En el caso de la fosa de García Lorca, Avial indica que el subsuelo arenoso no ofrece mucho contraste, y los huesos se confunden con el entorno calizo, por lo que al final la mejor guía es su larga experiencia en este campo.
Pronto excavarán el conjunto de huesos pálidos que el radagrama atisba, y puede que se identifique a Lorca. De momento, la ciencia ofrece la primera imagen del lugar imaginado, del abismo de su muerte.
http://www.abc.es/20091007/cultura-/primera-imagen-fosa-lorca-200910062234.html

miércoles, 14 de octubre de 2009

Poema Los Pelegrinitos de Federico García Lorca



Hacia Roma caminan
dos pelegrinos,
a que los case el Papa,
mamita,
porque son primos,
niña bonita,
porque son primos,
niña.
Sombrerito de hule
lleva el mozuelo,
y la peregrinita,
mamita,
de terciopelo,
niña bonita,
de terciopelo,
niña.
Al pasar por el puente
de la Victoria,
tropezó la madrina,
mamita,
cayó la novia,
niña bonita,
cayó la novia,
niña.
Han llegado a Palacio,
suben arriba,
y en la sala del Papa
mamita,
los desaniman,
niña bonita,
los desaniman,
niña.
Les ha preguntado el Papa
cómo se llaman.
El le dice que Pedro
mamita,
y ella que Ana,
niña bonita,
y ella que Ana,
niña.
Le ha preguntado el Papa
que qué edad tienen.
Ella dice que quince,
mamita,
y él diecisiete,
niña bonita,
y él diecisiete,
niña.
Le ha preguntado el Papa
de dónde eran.
Ella dice de Cabra,
mamita,
y él de Antequera,
niña bonita,
y él de Antequera,
niña.
Le ha preguntado el Papa
que si han pecado.
El le dice que un beso,
mamita,
que le había dado,
niña bonita,
que le había dado,
niña.
Y la peregrinita,
que es vergonzosa,
se le ha puesto la cara,
mamita,
como una rosa,
niña bonita,
como una rosa,
niña.
Y ha respondido el Papa
desde su cuarto:
¡Quién fuera pelegrino,
mamita,
para otro tanto,
niña bonita,
para otro tanto,
niña!
Las campanas de Roma
ya repicaron
porque los pelegrinos,
mamita,
ya se casaron,
niña bonita,
ya se casaron,
niña.

martes, 13 de octubre de 2009

No sólo de pan vive el hombre

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, tienen la misma cara; que hay inteligencias magníficas y que hay inteligencias pobrísimas, como hay caras feas y caras bellas, pero cada uno sacará del libro lo que pueda, que siempre le será provechoso, y para algunos, absolutamente salvador. Esta biblioteca tiene que cumplir un fin social, porque si se cuida y se alienta el número de lectores, y poco a poco se va enriqueciendo con obras, dentro de unos años ya se notará en el pueblo, y esto no lo dudéis, un mayor nivel de cultura. Y si esta generación que hoy me oye no aprovecha por falta de preparación todo lo que puedan dar los libros, ya lo aprovecharán vuestros hijos. Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.

F G L




¿Quién oculta a Lorca?



A punto de abrirse la fosa donde se cree que yace el poeta, los arqueólogos firman un contrato de silencio. ¿Qué quieren esconder los que se oponen desde hace 13 años a esta exhumación?

NATALIA JUNQUERA 11/10/2009

"Yo lo enterré".

-¿Dónde está exactamente? ¿Lo recuerda?

-¿Cómo me podría olvidar de una cosa así? Está cerca de la fuente, en el camino que lleva a Víznar, a la izquierda. Es un olivar pequeño, al lado de un barranquillo, cerca de un olivo, a tan sólo diez metros de la carretera. Allí está, casi debajo del olivo.

El diálogo tiene lugar en Granada en 1955 entre Manuel Castilla, Manolo el Comunista, el hombre que enterró a Federico García Lorca la madrugada del 18 de agosto de 1936, y Agustín Penón, el hijo de una pareja de exiliados españoles que ha llegado desde EE UU para investigar la muerte del poeta español más famoso en el mundo. El primero -el enterrador de Lorca- llevó 10 años después al hispanista Ian Gibson al mismo lugar. El segundo regresó en 1956 a Nueva York sin un céntimo y con una maleta con la más completa investigación sobre la muerte del poeta, incluida una entrevista con el hombre que había ido a detenerle y que 15 años después del asesinato conservaba en su estantería un volumen de las obras completas de Lorca. Pero Penón nunca se atreverá a escribir la historia.

Ahora, 73 años después del asesinato del poeta, y casi 54 desde aquel diálogo entre enterrador e investigador, un equipo de arqueólogos se prepara para abrir la tierra en ese mismo lugar y comprobar si a Manolo el Comunista no le falló aquel día la memoria y si, como le confesó a Penón, Lorca no había muerto solo. Le acompañaban "el maestro cojo de Pulianas", Dióscoro Galindo, y dos banderilleros, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, afiliados a la CNT.

Casi una vida después y tras múltiples intentonas, por la vía judicial y administrativa, la Junta de Andalucía ha decidido realizar la exhumación más problemática de asesinados durante la Guerra Civil de las más de 130 practicadas hasta ahora. Desembolsará 60.000 euros y exigirá confidencialidad por contrato a quienes participen en los trabajos. La fosa se abrirá a finales del presente mes, tras una larga e intensa lucha entre quienes deseaban conocer la verdad y quienes preferían conservar el mito y que ahora, ante la inminencia de la apertura, pugnan por establecer sus condiciones.

Pero cuando la tierra se abra bajo ese olivo, el mundo entero estará observando. De todas partes han llegado peticiones de expertos para participar en el proceso sin remuneración alguna. La consejera de Justicia del Gobierno andaluz, Begoña Álvarez, calla los nombres, porque ha contestado negativamente a célebres universidades y centros de investigación extranjeros que se han puesto en contacto con ella. Desde el mismo despacho en el que el general Gonzalo Queipo de Llano dio la orden de dar muerte al poeta, la consejera cuenta que el miércoles firmará un convenio con la Universidad de Granada, el Ayuntamiento de Alfacar, la Diputación de Granada y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para perfilar el equipo que se encargará de los trabajos. Después, se colocará una enorme carpa alrededor de la valla que ya impide el paso a los 300 metros delimitados para que los expertos empiecen a buscar. "Será un equipo pequeño, precisamente para garantizar la confidencialidad, al que le hemos pedido que hagan el mayor sacrificio que puede hacer un científico: el silencio", afirma Álvarez. "Casi todos serán andaluces", añade. Hay ya dos nombres seguros: el del arqueólogo Francisco Carrión y el de José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, autor, entre otros, de la identificación de los restos de Cristóbal Colón. Todos serán registrados al entrar. "No podrán llevar móviles o cámaras", puntualiza la consejera. Habrá guardias día y noche vigilando el lugar para evitar, como ha solicitado la familia de Lorca, que los restos sean exhibidos.

La Junta asegura que sólo difundirá los datos que le permitan hacer públicos las familias de las víctimas. Y la de Lorca, que siempre se ha opuesto a la apertura, se asegura ahora "el derecho a identificar los restos" del poeta.

Pero para cuando los arqueólogos se arrodillen finalmente bajo aquel olivo habrán pasado 73 años de miedo, olvido y fantasía. Y entre las vallas, bajo la carpa, aunque no estén presentes, habrá un hispanista irlandés que se reconoce "obsesionado" con Lorca, que se juega su prestigio profesional y que promete hacer las maletas y marcharse de España si el contrato de silencio le impide morirse sin saber si tenía razón. También, el fantasma de un perdedor, que teniendo en una maleta la fama y la fortuna, nunca se atrevió a abrirla y enseñársela al mundo. Y una mujer rota, adoptada por el hijo de una de las víctimas a los tres días de nacer, que lleva 13 años luchando por recuperar los restos de su abuelo y que ahora, en la recta final, sabe que no podrá hacer nada para identificarle porque su hermanastra asegura que ella no les representa y no ofrecerá su ADN.

Y la presión de una familia que ha luchado contra viento y marea para evitar este momento y a la que se le acaban los derechos de explotación de una herencia cultural multimillonaria -no hay día que no se represente en alguna parte del mundo una obra de Lorca y la familia suele recibir el 10% de la taquilla- en 2016. Amén de un juez estrella, Baltasar Garzón, que podría ser apartado de la carrera judicial por haber abierto una causa al franquismo y ordenar la apertura de esta fosa. ¿Aguantará la lona del secreto tanto peso?

Gibson cree que no. "Si conozco bien este país", dice el hispanista, "la exigencia de confidencialidad no triunfará. Los implicados se lo contarán a sus familias y terminará conociéndose lo que ha ocurrido ahí. Tiene que ser así". ¿Y si se equivoca? "Me voy de España". Asegura que no iría a ver la exhumación aunque le dejaran hacerlo -"mi corazón no lo resistiría y no es una forma de hablar"-. "Casi me volví loco. Vine a Granada para hacer una tesis y la tesis se convirtió en una investigación detectivesca. Estaba dispuesto a todo por averiguar cosas, incluso a robar documentación. Los Lorca creen que el desaparecido más célebre de la Guerra Civil, el segundo embajador español más importante después de Cervantes, es de su propiedad. Y no es cierto. Lorca es propiedad del mundo. Todo escritor es un exhibicionista, publicar es hacer público. Lorca quería ser famoso, llegar a la gente, y estoy convencido de que se rebelaría ante su familia si pudiera. Todo lo que queremos los que le admiramos es saber cómo murió".

Nieves García, sin embargo, sabe que ya no puede hacer nada para cambiar los futuros acontecimientos. "Siento una pena terrible porque no le vayan a identificar", dice la nietastra del maestro Dióscoro Galindo. "Su hijo me adoptó a los tres días de nacer porque mi madre, que estaba sola, no podía mantenernos a cuatro hermanos. A los 9 años me dijeron que era adoptada. Para mí, él era mi padre y Dióscoro ha sido siempre mi abuelo, aunque ahora mi hermana Nieves diga que no soy de la familia y que mi ADN no sirve para identificarle. Mi padre me contó muchísimas veces que fueron a por mi abuelo por ser maestro nacional y laico, y que lo enterraron con Lorca y dos banderilleros. Él se murió con la pena de no haber podido recuperar los restos y mi madre también. Recuerdo cuando Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, vino a contarnos que había recuperado a su abuelo, ¡y eso nos pareció un sueño! Desde entonces he ido de una puerta a otra intentándolo. ¡Con Garzón estuve tan cerca...!".

El padrastro de Nieves García nunca se atrevió a acercarse al lugar donde todos le habían dicho que estaba enterrado su padre, el maestro rojo de Pulianas. "Tenía mucho miedo. Incluso en democracia. Yo le decía: 'Papá, ahora ya no pasa nada'. Y él me contestaba: 'Los que estaban, siguen estando y no se sabe por dónde pueden salir".

Algo parecido le ocurre aún a la madre de Francisco Galadí, el nieto del banderillero del mismo nombre, que lleva ocho años contemplando con envidia cómo se abrían y cerraban fosas sin más aspavientos que la voluntad de una familia porque la víctima no había hecho el último paseo junto al poeta español más famoso de todos los tiempos. "Mi madre es muy mayor y para ella es como si no hubiese terminado la guerra. Cuando me ve hablando de recuperar los restos de mi abuelo, le entra una enfermedad. Piensa que le puede pasar a su hijo lo mismo que al padre de su marido", explica.

Es la dosis de olvido (o ganas de olvidar) y de miedo -de un terror tan arraigado que ha sobrevivido al hombre que lo provocó y murió en la cama-, contenida en esta fosa. La porción de fantasía está llena de teorías sobre la muerte de Lorca, incluida la que dice que sobrevivió a su fusilamiento, pero perdió el habla y no pudo decirle a nadie que él era el autor del Romancero gitano. Otra que cuenta que la familia rescató su cuerpo de la fosa al día siguiente de haber sido fusilado e incluso la que dice que fue denunciado por pederastia. Todo el mundo parece tener una versión sobre lo ocurrido, y también sobre quienes quisieron averiguarlo. "Cuando llegué a Granada todos me preguntaban por Penón. Había quien decía que era de la CIA y que lo había detenido la policía por espía", recuerda Gibson.

El hispanista recibió en 1980 la maleta de Penón de manos de William Layton, un escritor amigo que la había heredado a su muerte, con el encargo de hacer el libro que él no había podido escribir. Gibson publicó en 1990 Diario de una búsqueda lorquiana con sólo parte de los hallazgos de Penón. El libro pasó inadvertido y en 1991 Layton recuperó el material. Murió cuatro años más tarde, pero en su testamento había dejado en herencia nuevamente la maleta. Esta vez a una actriz y escritora de cuentos infantiles muy amiga de ambos, Marta Osorio, que, tras 12 años analizando la documentación, publicaría en 2009 un volumen de 781 páginas, con los hallazgos de Penón, titulado Miedo, olvido y fantasía.

"Al regresar a Nueva York, Agustín Penón se dio cuenta de que había gastado toda su fortuna en Granada, invitando a unos y otros. Tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de coches y de camarero en un restaurante italiano. Y tuvo muchas dudas. Agustín temía que le pasara algo a las personas que le habían ayudado a saber, y temía que su libro no estuviera a la altura de lo que había averiguado, que no le gustara a Lorca. Le faltó alguien que le apoyara", relata Osorio.

Un malentendido en el día y la hora de la cita impidió que Penón se encontrara con un amigo escritor al que le rogaba, desesperado, en una carta precisamente ese empujón: "Querido, recordado Toño : hace tres meses que regresé de España con una maleta en la mano llena de Federico y su trágica historia. (...) Tengo en mis archivos 1.300 páginas de notas adquiridas durante dos años de investigación (...) Todo late en mis archivos como un corazón gigante y salvaje que a veces me impide dormir con su intensidad. He pasado los últimos dos meses buscándole un latido comunicable... pero tengo dudas, Toño, dudas que me paralizan".

En esas 1.300 páginas figuraba la entrevista con Manuel Castilla, miembro del "pelotón de enterradores" al que despertaban de madrugada antes de que las víctimas fueran paseadas y que, según describió Penón, "se vestían siempre con la duda de si iban a enterrar a otros o serían ellos mismos los enterrados". Manuel Castilla le explicó que "el grupo de Federico" fue llevado al lugar de la fosa en un vehículo requisado al doctor Alejandro Otero, de siete plazas. "En cuanto el coche con las víctimas arrancaba, nosotros, los enterradores, los seguíamos en otro coche. Las herramientas para nuestro trabajo, piochas, azadas y palas, iban en el coche de las víctimas pues se les decía que iban a trabajar", relató Castilla a Penón.

También recoge el libro la entrevista con Ramón Ruiz Alonso, el hombre que fue a detener a Lorca a casa de los Rosales, una familia de falangistas entre los que se había escondido, y que le espetó a Penón: "Es usted el primer hombre que ha tenido las agallas de acudir a mí, que soy la principal fuente de información, para preguntarme lo que ocurrió", antes de deshacerse en una poco creíble versión sobre un error fatal que había terminado en fusilamiento. En su despacho, Ruiz Alonso tenía las Obras completas de Lorca. "Aunque sé que es demasiado insensible para sentir remordimientos, aunque sé que la presencia de este libro en la estantería sólo habla de su crueldad y de su cinismo, no puedo evitar sentir un débil impulso de piedad hacia un hombre condenado para siempre a ser perseguido por el resplandor de su víctima", escribió Penón.

En aquella maleta llena de Federico había sitio también para "el suspiro romántico de una mujer granadina que le quiso demasiado", la burguesa e inteligente Emilia Llanos Medina, pese a que ésta nunca sería correspondida. "Penón hizo en año y medio la investigación más completa sobre Lorca. Nadie averiguó después de él nada nuevo. Fue el primero, por ejemplo, en hablar de su homosexualidad", asegura Osorio.

Fue esa cuestión la que rompería años más tarde la relación entre Gibson, el investigador oficial del poeta, y la familia Lorca. "Le escribí a Isabel García Lorca comentándole mi idea de hacer una biografía y me respondió: 'Estupendo, así me ayudarás a ordenar el archivo'. La publiqué, tocando, naturalmente, el tema de la homosexualidad, y entonces la relación se torció. El padre de Lorca era homófobo, pero de la misma manera que no se puede hablar de la obra de Wilde o de Proust sin hablar de su homosexualidad no se puede hablar de Lorca sin mencionarlo. ¡El tema de su obra es el amor imposible!", explica Gibson.

¿Aguantará esa carpa tanto secreto?


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¿Dónde está Lorca?


NOTIC. ANDALUCÍA

La apertura de la fosa reaviva las leyendas



ELPLURAL/ANDALUCÍA

Si todo marcha según lo planeado por los expertos, a finales de este mes se abriría la fosa donde yace, entre otros, Federico García Lorca. El misterio que ha envuelto a la apertura de su tumba y la negativa de la familia durante años a hacerlo ha alimentado la rumorología popular y se han estipulado distintas teorías a lo largo de los años. Ahora, todos los misterios podrían esfumarse si finalmente se hace público quién yace en la fosa

*


Una de las teorías que tiene más peso es la que defiende el periodista e investigador Fernando Guijarro, quien sostiene que, aunque Lorca fue enterrado en un primer momento en unos terrenos de Alfacar (los mismos que se están peinando con georradar) "su cadáver ya no está allí".

La familia pudo rescatar el cadáver
Guijarro se muestra convencido de que la apertura de la fosa demostrará que los restos del poeta no se encuentran en ese lugar. Según su versión, apoyada en testimonios de los vecinos de la zona, defiende que la familia desenterró el cuerpo días después del fusilamiento. El padre, además, pagó “300.000 pesetas de la época” para evitar el asesinato, aunque fue inútil. Esta versión podría explicar la reticencia de la familia a que se descubra el cadáver.

Movimiento de tierra
Un estudio del terreno, realizado por iniciativa propia por el experto en fosas Luis Avial, ha revelado la existencia de una fosa común con capacidad para seis cuerpos. Según el estudio, se aprecian cortes en los estratos de la tierra que sugieren movimiento en el terreno posterior al enterramiento. A pesar de los datos y la precisión de los equipos, Avial ha aclarado que se trata de "una aproximación científica".

Petición de los familiares
La intervención de la Junta en el proceso se inició a raíz de la petición cursada por los familiares de tres de los fusilados que supuestamente yacen en la misma fosa común que el poeta. Se trata del maestro republicano Dióscoro Galindo -cuya exhumación no será finalmente atendida por la Junta al existir opiniones contrarias en el seno de la misma familia- y de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.

Nuevos datos
Según se ha conocido recientemente, junto a ellos también podrían estar enterrados el inspector municipal de tributos Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo Vilches. Las familias de ambas víctimas se han sumado a la petición de apertura de la fosa.

Cuenta atrás para la apertura de las fosas de Alfacar Los últimos escollos para llegar a la tumba de Lorca

Tras la negativa de Cultura a asumir sus competencias, Justicia se ve obligada a tomar las riendas de la exhumación más polémica y mediática de la Guerra Civil
Elena Llompart / Granada | Actualizado 11.10.2009 - 05:04
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Justicia ha contratado vigilancia las 24 horas del día para evitar nuevas intromisiones.



El proceso para abrir la fosa de Alfacar en la que supuestamente yacen los restos de Federico García Lorca junto a otros tres fusilados de la Guerra Civil -el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas- sigue encontrando obstáculos en el camino. Unos inesperados, otros planificados. Unos justificados, otros tan sólo explicables desde la certeza de que son muchos los que están en frente de la Ley de Memoria Histórica.

Es la fosa de la Guerra Civil. El símbolo. Aunque a muchos les moleste, no es un enterramiento más y, tal vez, la mayor prueba de ello son los meses de conflictos, laberintos judiciales y polémicas que lleva a sus espaldas.

El primero de los escollos fue la vía judicial, un problema de competencias entre juzgados que tuvo paralizada la apertura de la tumba durante meses y que sigue pendiente de una resolución del Tribunal Supremo. Tras la inhibición de Baltasar Garzón en la causa por los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, el problema era decidir quién debía ordenar la exhumación de Lorca: si el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional o al Juzgado de Instrucción 3 de Granada.

Conscientes del bloqueo que suponía este conflicto competencial, los familiares de los represaliados que querían recuperar los restos de sus antepasados y darles un enterramiento digno recurrieron a la vía administrativa. Aunque tampoco aquí hubo demasiada suerte. La primera respuesta que hallaron fue la advertencia de Cultura de que la fosa de Alfacar no era su competencia al entender que era un "enterramiento contemporáneo" y no un yacimiento arqueológico. Este aviso, que realizó el pasado 10 de julio la consejera Rosa Torres durante una visita al Centro Lorca que se está construyendo en la capital, molestó mucho a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada, que mantuvo su intención de presentar su estudio para solicitar la autorización de un proyecto arqueológico. A juicio de este colectivo, la consejera se equivocó en la forma, por no haberle comunicado su negativa anteriormente, pero, sobre todo, en el fondo. Y es que la intervención de la responsable fue muy desafortunado; hasta el punto de que Justicia se vio obligada a hacer frente a la situación, acelerando el proceso de un modo poco habitual.

Así, aunque este departamento se declaró competente para iniciar una tarea demandada desde hace 20 años por los familiares de los fusilados, también ha recibido duras críticas por ordenar el inicio de los trabajos previos (para localizar la fosa en el parque) sin que concluyera el plazo de alegaciones. También las ha recibido por su falta de contundencia a la hora de sancionar a Luis Avial, un técnico que se coló en el parque y que ha divulgado una supuesta investigación del lugar en que se ubicaría la fosa sin rigor alguno, tal y como el propio geólogo reconoció a este periódico. Pero, sobre todo, por haber abierto este proceso sin que la fosa esté protegida. Precisamente hay fosas declaradas BIC para evitar este tipo de situaciones. Los expertos contemplan esta protección para las fosas de un gran valor histórico, a efectos, por ejemplo, de que no se construya en la zona. En la ley andaluza, además, hay otro instrumento de protección muy importante que es la zona de servidumbre arqueológica. La Junta utiliza esta figura para zonas determinadas en las que se pueden conservar restos valiosos. Así, se trata de un instrumento jurídico de un gran valor para el Gobierno autonómico y que podría haber cuadrado perfectamente en este caso. Del mismo modo, la Junta también realiza inventarios de yacimientos a los que se les otorga un régimen especial de protección.

Aparte de esta cuestión, aquel 10 de julio en que Rosa Torres dijo que la apertura de la fosa no era su competencia porque no se trataba de un yacimiento arqueológico se le 'olvidó' que el patrimonio arqueológico, considerado como parte del patrimonio histórico español comprende, según la ley que lo regula en España, "los bienes muebles o inmuebles que son susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma continental". Además, integra "los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes", según consta en el artículo 40 de la Ley de Patrimonio Histórico.

Pero, ¿qué interés debería primar más en este caso? ¿El arqueológico o el forense? En Bosnia, cuando se han abierto las fosas comunes de la guerra, ha prevalecido el interés forense sobre el arqueológico porque hay procesos en marcha y un tribunal para perseguir los crímenes de la antigua Yugoslavia. Pero si hablamos de las fosas de la Guerra Civil, muchos expertos en patrimonio señalan que habría que tener en cuenta que tal vez se trate más de una circunstancia histórica que no viene determinada por el valor de los restos sino por un valor inmaterial vinculado a la idea de Memoria Histórica y que además afecta a víctimas de los dos bandos.

La ARMH sostuvo en su momento que la solución para abrir la fosa era la arqueología, porque se evitaban procesos penales y el maremágnum de competencias que ha habido. También se podría haber evitado situaciones tan lamentables como la ocurrida el pasado 25 de septiembre con la primera intromisión en la zona acotada de trabajo y el inicio del tan temido circo mediático.



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